La mística, la ascesis, las figuras emblemáticas del Cardenal Silva, del P. Egidio Viganó y los 50 años que cumple la casa del Teologado Salesiano de Lo Cañas, fueron parte de los temas abordados por Monseñor Ricardo Ezzati en la Eucaristía presidida a los Salesianos el martes 5 de junio reunidos en Asamblea Inspectorial. Acogiendo la invitación realizada por sus hermanos de Congregación, el Pastor de la Iglesia de Santiago llegó hasta el Centro de Espiritualidad de Lo Cañas para presidir la Eucaristía con la que se cerraron los trabajos del primer día de Asamblea. 50 años del Teologado en Lo Cañas Durante la primera parte de la homilía, Monseñor Ezzati recordó los 50 años que se cumplen de la existencia de la Casa de Teologado Salesiano en el sector de Lo Cañas, realidad iniciada por el Cardenal Raúl Silva, cuya huella, señaló, no sólo ha marcado esta casa de formación, sino que también a toda la Iglesia en Chile. “El papel del Cardenal Silva sigue siendo emblemático en la vida de la Iglesia… Es bueno escuchar tantos reconocimientos a su figura y el aporte que ha dado a la Iglesia”. El Arzobispo también recordó al P. Egidio Viganó, de quien compartió poseer una fotocopia de sus propósitos escritos el día de su ordenación sacerdotal: el amor grande a la Eucaristía, tener la eficacia de la palabra y que el Señor modele su temperamento. “La conservo (la fotocopia) porque, además del cariño a este salesiano tan insigne y tan significativo para nuestra Congregación, me parece que los tres propósitos son realmente muy actuales para mi vida sacerdotal y para la vida sacerdotal de muchos hermanos”. Anemia Espiritual En relación al proceso de Resignificación en el que se encuentra la Congregación en Chile, Mons. Ezzati se refirió al concepto de “anemia espiritual” que se constata en la vida religiosa, lo que se concibe como “signo de que nos falta algo muy vital, pero que gracias a Dios se nos viene ofreciendo constantemente como una posibilidad: la mística, entendiéndola por aquello que nos mueve y nos motiva a Aquel que nos mueve y nos motiva, la persona de Jesucristo y el Evangelio”. El Pastor Arquidiocesano continuó señalando que “nuestra vida de hombres consagrados tiene sentido única y exclusivamente si está alimentada por esta mística, sin la cual no será posibles la ascesis y no será posible tampoco la realización de la misión que también supone la ascesis”. Una Potencia Interior El Arzobispo señaló que para la vida Consagrada la vuelta a Jesucristo es fundamental: “La vida consagrada no la vamos a renovar simplemente con la ascesis y ni siquiera simplemente con la misión. La ascesis y la misión requiere de una gran potencia y motivación interior que nos viene de la conciencia de que hemos optado y hemos sido escogidos por Jesucristo. Alrededor de Él, centrado en Él y por Él se puede hacer un camino de misión auténtico que hace posible también acoger la ascesis que nuestra vocación supone con alegría y con sentido de fecundidad”. Fuente: Oficina de Información Salesiana – OFISA. Noticias relacionadas:
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