“En el mundo hay expertos en todos los campos, pero faltan testigos de la misericordia y de la ternura de Dios. A eso les llama hoy su Señor. A eso se comprometen hoy. Este es el desafío que aceptan hoy de Dios”. Este fue el llamado hecho por el P. Inspector Natale Vitali a los novicios Víctor Muñoz, Romedil Ilufi, Yan Díaz, Sebastián Garrido, Juan Sandoval, Daniel Lagos y Diego Pereira, en la Eucaristía celebrada el miércoles 30 de enero donde los jóvenes salesianos realizaron su primera profesión religiosa, en la cual toman votos de castidad, pobreza y obediencia durante un año.
Desde temprano y con una cuota de nerviosismo los siete novicios se prepararon para recibir a sus familiares, amigos y hermanos salesianos que les acompañaron en este tan importante paso para su vida cristiana y salesiana.
La Eucaristía se celebró en el templo del Noviciado Salesiano. Fue presidida por el P. Inspector Natale Vitali y concelebrada por el Vicario Inspectorial P. Leonardo Santibáñez, por el maestro de novicios P. Rosalino Jara, por el Obispo Emérito de Punta Arenas, Mons. Tomás González, y más de 50 Salesianos de varias presencias del país.
En su mensaje durante la homilía, el P. Natale instó a los nuevos religiosos a entregar completamente su amor a Dios: “Escuchen y esperen. Él quiere hablar a su corazón y recordar el amor primero. Es Él, que les pregunta como a Pedro: ‘¿Me amas?’, Él espera solamente una respuesta absoluta y consecuente: ‘Estoy dispuesto a dar mi vida por ti’, Él quiere que le digan con todo el amor de su alma: ‘Maestro: te seguiré adonde quiera que vayas’”.
El P. Inspector agregó: “Es el Señor que, en el silencio de su corazón, y en la aceptación de las dificultades propias de su caminar, quiere que le contesten: “Pero yo siempre estaré contigo: tú me tomas de la mano y me conduces según tus planes” (Salmo 72,23). Vivan en la espera confiada de Samuel que responde siempre, aún sin entender: “Señor, aquí estoy porque tú me has llamado” (1 Sam. 3,8).”
Sobre su misión como salesianos, el P. Inspector llamó a los siete neoprofesos a ser reflejo del amor de Dios entre los jóvenes, y los alentó a no perder la frescura de esta profesión, ni los sueños de sus corazones, ni el entusiasmo del amor primero. Luego, agradeció a sus padres por haber entregado a sus hijos a
Y el nerviosismo se convirtió en una gran emoción, en el momento en que los padres de cada uno de los nuevos religiosos, les ayudaron a revestirse con el alba y sellaron el momento con un fuerte y sentido abrazo.
Antes de finalizar
El religioso también agradeció a los presentes, a sus padres, a
Una especial mención por su labor recibió el P. Rosalino Jara, Director del Noviciado y maestro de novicios: “Él es para nosotros un modelo de salesiano en quien reconocemos a un padre y un amigo, que camina y acompaña con amor a sus hijos y que en el momento de las dificultades nos sostuvo con sus buenos consejos, guiándonos y mostrándonos en su ser salesiano, el tipo de hijos que Don Bosco quería formar”.