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En la capilla Sagrado Corazón ubicada en el paradero 29 de
“He sido Yo quien las eligió” fue el lema de las novicias para este importante paso en el cual toman votos de obediencia, pobreza y castidad por un año. Estuvieron acompañadas por sus padres, hermanas de Congregación, amigos y demás familiares. Participó también
En su homilía, el P. Inspector exhortó a las neoprofesas a entender que “no son ‘funcionarias’ de Dios, sino sencillamente ‘testigos de su amor’”. “Vivan en el trabajo diario, en las actividades de todos los días. Sean fieles en las pequeñas cosas. Lleven una vida de fidelidad como respuesta de su amor. Porque la oscuridad de la noche se combate con la luz. Pero que las actividades de todos los días no sean el objetivo final de su jornada”, agregó. Les recordó que el compromiso que asumen con los votos es a ser “testigos de la misericordia y de la ternura de Dios”, en medio de tantos expertos en todos los campos.
Luego de la presentación de la maestra de novicias sor Berta Castillo, las noeprofesas fueron interrogadas por el P. Inspector respecto de sus intenciones. En el momento mismo de la profesión fueron acogidas por
25, 50 y 60 años de vida religiosa
Luego de concluir los ritos de las primeras profesiones, renovaron sus votos sor Hortensia Valdés y Mirta Huichaquelén luego de 25 años de vida religiosa; sor Margarita Muñoz, sor Amelia Subiabre, sor Carmen Olmos y sor Graciela Molina luego de 50 años de vida religiosa; y sor Adriana Domínguez, sor Elvira Figueroa, sor Clara Hernández, sor Petronila Sepúlveda, sor Silvia Acevedo y sor Agustina Tapia luego de 60 años de vida religiosa.
Antes de la bendición final, tanto las noeprofesas como las hermanas que cumplieron bodas, se acercaron a María para confiar sus vidas y la entrega que han hecho al Señor.