Educación, familia y pobreza. Estas son las tres emergencias que ha presentado Benedicto XVI este jueves 7 de enero al reunirse con las autoridades civiles de Roma y de su región. El Papa presentó a los políticos un criterio fundamental para evaluar su tarea: “la centralidad de la persona”, porque “el principal recurso del hombre es… el hombre mismo”.
Emergencia educativa
Consecuencia del principio fundamental sugerido por el Papa es la “importancia decisiva de la educación y de la formación de la persona, ante todo en la primera parte de la vida, pero también durante toda la existencia”. Lo explicó en la tradicional audiencia con motivo del año que concedió al alcalde de Roma, Walter Veltroni, al presidente de
En su discurso, el Papa reconoció que “nos encontramos ante una auténtica ‘emergencia educativa’”, pues “cada vez parece más difícil proponer de manera convincente a las nuevas generaciones sólidas certezas y criterios sobre los que pueden construir su propia vida”. “Lo saben muy bien tanto los padres como los maestros, que en parte por este motivo con frecuencia siente la tentación de abdicar de sus propias tareas educativas”. “A ellos mismos, en el actual contexto social y cultural impregnado por el relativismo y también por el nihilismo, les cuesta encontrar puntos seguros de referencia, que les puedan apoyar y guiar en la misión de educadores”. Esta “emergencia”, aseguró el obispo de Roma a los políticos, “no puede dejar indiferentes ni a
Ataques a la familia
La segunda prioridad presentada por el Papa, respondiendo siempre al principio del carácter central de la persona humana, fue “el respeto y el apoyo por la familia fundad en el matrimonio”. “La familia natural, en cuanto comunión íntima de vida y amor, fundada en el matrimonio entre un hombre y una mujer, es el lugar primario de “humanización” de la persona y de la sociedad, la cuna de la vida y del amor”, recordó.
“Vemos cada día, por desgracia, cómo son insistentes y amenazadores los ataques y las incomprensiones sobre esta realidad humana y social fundamental. Y, por tanto, es particularmente necesario que las administraciones públicas no apoyen semejantes tendencias negativas, sino que más bien ofrezcan a las familias un apoyo convencido y concreto, con la certeza de trabajar de este modo por el bien común”.
Pobreza en aumento
La tercera emergencia que presentó el Papa fue la de la “pobreza”: “aumenta sobre todo en los suburbios de las grandes ciudades, pero comienza a estar presente también en otros contextos y situaciones, que antes parecían salvaguardados”.
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Fuente: ZENIT