Intenciones de la Iglesia en Chile para 2008

Las intenciones de oración de nuestra Iglesia para cada mes del año que se inicia.

 

Enero:
Para que descubramos la riqueza de servir a Cristo en nuestros hermanos necesitados, dando nuestro tiempo y habilidades para crecer juntos, como lo hacen muchos jóvenes mediante el trabajo de voluntariado y el servicio misionero.

Febrero:
Para que durante la Cuaresma sepamos unir nuestros dolores y sufrimientos a los que ha padecido el Señor por toda la humanidad, y así podamos experimentar, anunciar y transmitir su misericordia infinita.

Marzo:
Para que la fe en Jesucristo, Dios encarnado, nacido de una mujer, sea vivida y transmitida en todas las familias de nuestro país.

Abril:
Para que muchos jóvenes respondan con generosidad al llamado del Buen Pastor y se consagren al servicio de Dios y de la Iglesia mediante la vida sacerdotal y religiosa.

Mayo:
Para que, a imagen de San José Obrero, sepamos realizar nuestra llamada personal a la santidad en el trabajo sencillo y cotidiano.

Junio:
Para que todos los cristianos descubran el infinito misterio de amor que hay en el Corazón de Jesús y reciban con fruto al mismo Jesucristo en la Eucaristía.

Julio:
Para que la Virgen del Carmen, patrona de Chile, interceda por cada uno de los habitantes de nuestra patria, los proteja y los ayude a mantenerse siempre unidos a Su Hijo Jesucristo.

Agosto:
Para que, a ejemplo de San Alberto Hurtado, sepamos acoger y educar a los niños más necesitados de nuestro amor y solidaridad.

Septiembre:
Para que en este mes, los chilenos nos esforcemos en superar nuestras diferencias, construyendo una sociedad más justa, unida y reconciliada.

Octubre:
Para que las familias puedan ser verdaderas “Iglesias domésticas” y vivan unidas en el amor, teniendo como modelo a la Sagrada Familia de Nazaret.

Noviembre:
Para que confiemos nuestros difuntos a Cristo Rey, dador de vida eterna, vencedor del mal y de la muerte.

Diciembre:
Para que Nuestra Señora de Guadalupe, patrona de América, nos enseñe a ponernos confiadamente en sus manos, como Jesús recién nacido, y a ser fieles discípulos y misioneros del Señor.

Fuente: Comisión Pastoral (COP) de la CECh

Extraído desde www.iglesia.cl