El proyecto de ley presentado por el ejecutivo plantea la necesidad de legislar sobre el aborto para resolver, de manera adecuada, diferentes situaciones médicas complejas:
(i) Cuando existe peligro de muerte para la mujer relacionado o agravado por el embarazo;
(ii) Cuando el feto tiene una condición patológica grave incompatible con la vida extrauterina;
(iii) En caso de violación.
Se analizará estas tres circunstancias de manera separada.
En cuanto a la primera causal, el proyecto plantea que la mortalidad materna en nuestro país sería más alta por tener una legislación muy poco permisiva con respecto al aborto, lo que llevaría a un aumento de los abortos clandestinos con el consiguiente aumento de las muertes maternas. Sin embargo, la evidencia demuestra lo contrario. La mortalidad materna en Chile es muy baja y no está relacionada al hecho de tener una legislación restrictiva con respecto al aborto, sino a la complejidad de las patologías que presentan la madres durante el embarazo. Ninguna de las muertes maternas ocurridas en los últimos años en Chile se hubiera prevenido de existir una legislación sobre el aborto, lo que lleva a concluir que este proyecto de ley no es necesario.
La segunda causal de este proyecto de ley considera la posibilidad de abortar cuando el embrión o feto padece una malformación incompatible con la vida. El objetivo que tendría el proyecto es mitigar el sufrimiento de esas madres, permitiéndoles la posibilidad de abortar una vez hecho el diagnóstico. El proyecto busca hacerse cargo de un drama real, el sufrimiento de una madre y su familia frente a un hijo con una malformación, sin embargo, es una simplificación pensar que este proyecto de ley pueda resolver de manera integral este drama. Aunque el diagnóstico de algunas de estas patologías puede hacerse precozmente en el embarazo, la gran mayoría de las veces se hace después de las 20 semanas. A esta edad gestacional toda madre ha establecido un vínculo con su hijo, por lo que la sola interrupción, no asociada a lo que realmente esa madre necesita, que es comprensión, apoyo y acompañamiento, es no sólo insuficiente, sino que contraproducente. Ante lo trágico de esta situación, pareciera más lógico que una vez realizado un diagnóstico de esta naturaleza, acoger a la madre y brindarle todo el apoyo profesional que ella necesite, que le permita avanzar con su embarazo y parto, permitiéndole la posibilidad de acoger a su hijo que va a fallecer. Es una experiencia universal que esta vivencia permite a las mujeres hacer un duelo completo, equilibrado y normal frente a esta pérdida, el cual agradecen como una vivencia que las enriqueció a ellas y a sus familias.
Con respecto a la tercera causal, el objetivo del proyecto es que mujeres que han sido violadas no carguen con el drama de tener al hijo del violador. Se propone permitir el aborto en cualquier caso de violación con resultado de embarazo, como una suerte de solución a este drama. Sin embargo, la evidencia sugiere que el aborto como tal no resuelve el problema. Hasta la fecha, ningún estudio en la literatura biomédica ha sido capaz de demostrar algún beneficio del aborto electivo sobre la salud mental o reproductiva de la mujer. Por el contrario, el aborto electivo provoca efectos deletéreos serios para la salud posterior de mujeres y niñas enfrentadas a situaciones de violencia como abuso sexual o violación, una cuestión de fondo, que debería ser considerada seriamente en el actual debate. En consecuencia, el aborto en casos de violación debe ser evitado o prevenido, no facilitado. Proponer como solución el aborto legal, como una suerte de derecho positivo, es una propuesta simplista, fracasada y estéril. Sólo empeora la situación, favoreciendo que se incrementen los abortos por coerción sexual, perpetuando un ciclo de violencia que puede afectar seriamente la salud mental futura de mujeres y niñas violadas.
Sebastian Illanes
Profesor Titular
Facultad de Medicina Universidad de los Andes
Honorary Associate Professor
University of Queensland Center for Clinical Research