El Arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, visitó a enfermos y ancianos de la emblemática población La Pincoya, en la comuna de Huechuraba, donde estuvo en compañía de cientos de cuasimodistas.
La parroquia Nuestra Señora de los Pobres en Huechuraba estaba repleta. Nadie se lo quiso perder. Abuelos, jóvenes, familias y niños se fueron integrando poco a poco a la actividad.
¿Qué esto mamá?, preguntaba un niño de no más de 6 años. Quizás no entendía porque había tanta gente y caballos alrededor de la parroquia. “Es la fiesta de Cuasimodo, donde el curita visita a todos los enfermos que no pueden venir a misa”, respondió la madre.
Y así es. Cuasimodo es la expresión de religiosidad popular más importante que se realiza desde los tiempos de la Colonia, el domingo siguiente a Pascua de Resurrección. La tradición campesina, habla de “correr a Cristo”, ya que los cuasimodistas, montados en caballos, bicicletas o en otro tipo de vehículos, acompañan al sacerdote que lleva la comunión a personas ancianas y enfermas.
Tras la eucaristía de envío presidida por el párroco anfitrión Julio Díaz, el pastor junto a cientos de cuasimodistas a caballo, en carretones, bicicletas y vehículos motorizados, todos bellamente adornados, iniciaron la misión más importante de todas, la de asistir a enfermos y ancianos.
En cada casa que se detuvieron, había un pequeño altar donde el Cardenal rezó con la familia, dio la comunión y entregó una palabra frente al sufrimiento en ese hogar.
Como la casa de Pamela Silva, 36 años, quien tiene a su hijo Frank Sandoval de 19, hace dos años postrado en su hogar. “A los 17 años le dio un derrame cerebral y desde esa fecha que está así”, relata. Por lo tanto, la visita del Arzobispo fue una verdadera bendición para su familia. “Sabía que iban a venir, pero no pensé que lo haría el Cardenal. Estoy muy feliz y agradecida del Señor por la visita. Me da mucha esperanza”, relata la madre.
Tras recorrer varios kilómetros asistiendo en la comunión a los enfermos, el Arzobispo Ezzati, llegó hasta el futuro Centro de la Misericordia que se instalará al final de la calle Recoleta en la comuna de Huechuraba, para celebrar una misa y bendecir este hermoso proyecto de ayuda a los más pobres y necesitados.
Allí, manifestó su emoción por poder participar de una nueva fiesta de Cuasimodo. “En este Año de la Misericordia, poder entrar en muchas casas y llevar la eucaristía a tantos hermanos y hermanas postrados, donde muchas veces hay tanto cariño en medio de tanta pobreza, es un signo enorme de esperanza y un gran acto de fe”, precisó.
Finalmente, la gente poco a poco se fue retirando, no sin antes manifestar su alegría por lo vivido. “Como no voy a estar contento de tener a Cristo en mi barrio. Es una bendición que no todos la pueden contar”, se escuchó a lo lejos en la voz de un vecino de uno de los sectores visitados por el pastor y los cuasimodistas.
Fuente: CECH