El P. Luis Mebold, fallecido en junio de 2002, es uno de los salesianos de Chile que más ha contribuido al desarrollo y estudio de las artes, tanto a nivel congregacional como en el país. Después de 35 años, uno de sus proyectos que, por diversas circunstancias, no logró concretar, al fin vio la luz. Se trata de dos murales para el templo del Santuario María Auxiliadora de Concepción. Se lee en los archivos de la época que mientras se construía el templo a finales de la década del 70 y principios del 80, el P. Mebold ya avanzaba en las fases anteriores al pintado, ejecutando un exhaustivo trabajo para evaluar y definir no sólo los aspectos estéticos y arquitectónicos de su obra, sino también pastorales y catequísticos. Este 2015, en el contexto de Año Bicentenario del Nacimiento de Don Bosco, la comunidad salesiana penquista vio al fin concluido este trabajo tras haber confiado su culminación al artista Marco Hernández. La obra está compuesta por dos murales que cubren una superficie de 71 metros cuadrados, realizados en plazo de cuatro meses. La inauguración se llevó a cabo el sábado 17 de octubre, momento encabezado por el Director de la Comunidad, P. Carlo Lira y por el Rector del Santuario, P. Alfonso Horn. “Estamos muy contentos porque significa el cumplimiento de un sueño desde que se inauguró este santuario en 1980”, comentó el P. Alfonso. “Seguramente el P. Mebold debe estar feliz al saber que esta obra se terminó”, comentó el pintor Marco Hernández. “Nos maravillamos de muchas formas técnicas que ocupaba como imagen. Esta obra nos ayudó mucho en lo profesional”, agregó el artista. Significado Murales El primer mural representa el sueño misionero de Don Bosco de 1886. Como figura central ceñida por un nimbo de luz se destaca la sonriente figura de María Auxiliadora, que muestra a Don Bosco soñando, con su cetro, al Colegio Salesiano de Concepción en su fachada original y luego en la actual frente a la cual los jóvenes saltan de alegría por tener consigo a los primeros hijos de Don Bosco llegados a Chile. Hacia el centro del cuadro se destaca la figura de Mons. Domingo Benigno Cruz, por cuya gestión Don Bosco optó por la capital del Biobío como centro de sus operaciones misioneras hacia La Araucanía y el resto del país. En la cabecera del Santo Soñador figuras araucanas que representan simultáneamente el Arauco Indómito y el Arauco Cristiano. En el extremo, Don Bosco, desplegando un mapa de América del Sur, muestra a Monseñor Cruz, los señoríos del Biobío, que la Virgen cubre con maternal protección. El segundo mural es un tríptico que representa la Anunciación, el Nacimiento de Jesús y las Bodas de Caná. En las tres escenas prima la luz, reflejo de la trascendencia y belleza divinas; y en los tres, el tiempo y el espacio parecen conjugar la historia bíblica original con la historia popular chilena. La mixtura de imágenes transportan la imaginación al ambiente contemporáneo de nuestro suelo: folkloristas y huasos son los pastores y un enjambre de copihues parecen alumbrar con su luz de fuego a Belén; en la mesa de Caná son mapuches los convidados, el Ángel –humano y celestial – proyecta su luz en el seno de la Virgen, indicando así la inefable Concepción del hijo del Altísimo. En el Nacimiento llama la atención la robustez del Niño evocando (como lo hizo Miguel Ángel con el Cristo n el Juicio Final) al Dios fuerte y príncipe de la paz. En las Bodas de Caná destaca la sonrisa, esta vez la de Jesús, mirando el estupor del muchacho que vierte el agua convertida en vino. La Madre a su lado, sonríe complacida, sabiéndose escuchada por su Hijo; por ella, la hora del milagro se adelantó. Es la razón por la cual Don Bosco, en el epílogo de su vida exclamaba: “Ella lo ha hecho todo”. Un artista que no firmaba sus obras El P. Luis Mebold nació en Santiago el 25 de agosto de 1925. Se vinculó a la obra de Don Bosco en Valdivia, en el Instituto Salesiano. Con solo 12 años ingresó al seminario salesiano de Macul, donde continuó interno las humanidades. En 1943 realiza su primera profesión religiosa y 10 años más tarde es ordenado sacerdote. En 1959 comienza a estudiar la carrera de Artes Plásticas en la Universidad Católica. Al cabo de tres años, siendo aún alumno, comienza a dictar clases en el Instituto de Estética del mismo plantel, experiencia docente que continúa luego de su titulación en 1967. Dicto las cátedras de Arte Colonial Americano, Anatomía, Dibujo, Acuarela y Técnicas de Mural. Hizo exposiciones individuales y colectivas en la Pontifica Universidad Católica, en el Museo Bellas Artes y en Valparaíso, todo entre finales de la década del 50 y principios del 70, lo cual le valió la obtención de medallas honrosas. En 1971 viajó a Italia a perfeccionarse en técnicas del mural, específicamente en el mosaico. Dejó varias obras instaladas en colegios salesianos de dicho país. Entre sus obras de caballete y mural cultivó especialmente la técnica de la acuarela, inspirándose en paisajes cordilleranos y en diversas vistas de ciudades en Chile e Italia. En murales desarrolló obras con diferentes técnicas: mosaico, latex, oleo, empastes de yeso y veladuras. Entre sus más grandes realizaciones se encuentran: Mosaico de María Auxiliadora en el Ex Posnoviciado de Lo Cañas, Vía crucis en el templo del Ex Noviciado de Macul y Mosaico del Redentor en la catedral de Punta Arenas. La mayoría de las obras del P. Mebold no tienen firma, ello porque no le importaba su identificación en las mismas, sino que fueran un medio para el acercamiento a Dios. Dedicó varios años a la investigación de la pintura colonial, trabajo que luego de su muerte fue recopilado, editado y lanzado en 2010 en dos tomos titulados “Catálogo de Pintura Colonial en Chile, Convento-Museo San Francisco”, publicación que fue posible gracias a la ley de donaciones culturales y que es catalogada por los especialistas como uno de los libros más importantes realizados en Chile sobre este tipo de pintura. La primera investigación sobre el tema dio origen al tomo: “Catálogo de la pintura colonial en Chile. Obras de Monasterios y Conventos de Religiosas de Antigua Fundación”, texto que fue regalado por la Universidad Católica al Papa Juan Pablo II en su visita al país en 1987. Fuente: OFISA – Comunicaciones Salesianos Concepción |
{phocagallery view=switchimage|switchheight=200| switchwidth=300|basicimageid=7894} {phocagallery view=category|categoryid=2057| limitstart=0|limitcount=6|detail=5|displayname=0| displaydetail=0|displaydownload=0| imageshadow=shadow1|enableswitch=1| highslidedescription=3} |
Noticias relacionadas:
{module 98} {module 67} |