¿Deben ser indefinidos los acompañamientos espirituales?

El viernes 11 de septiembre se llevó a cabo la segunda sesión del taller formativo sobre Acompañamiento Espiritual animado por el sacerdote jesuita Larry Yévenes.

El encuentro congregó a salesianos laicos y consagrados de obras de todo el país con diferentes servicios de animación educativo y pastoral.

La primera sesión se llevó a cabo el 19 de junio y se centró en aquello que ayuda y que no en el servicio del acompañamiento.

Explicó a OFISA el P. Yévenes que en esta oportunidad los ejes de la sesión se desprendieron de lo que se conoce como etapa de desarrollo y de término. Se profundizaron los elementos propios de una etapa en la que el acompañamiento ya se ha iniciado, en la que se ha generado conocimiento mutuo.

“Cuando hay conocimiento mutuo, uno necesita explorar distintos contenidos y formas que ayuden a la persona a que conecte mejor con sus sentimientos y que vaya encaminándose a tomar una decisión de lo que quiere hacer sobre algún tema en cuestión”, indicó el P. Larry.

“La etapa de término –indicó- es la pregunta que uno siempre se hace: si los acompañamientos tienen que durar indefinidamente o por algunas circunstancias en necesario cortar. La pregunta ahí es cuándo derivar a otra persona que ayude, un profesional de la salud mental o alguna forma de relación de ayuda que complemente”.

Actualmente, explica el religioso, es muy común la necesidad de derivar. “La persona, al mismo tiempo que está con problemas espirituales, está viviendo angustias existenciales, depresiones o algún estado anímico que le complica no sólo el diario vivir, sino también la relación con Dios. Entonces, el acompañante tiene que saber detectar cuando es necesario derivar”.

Esta segunda sesión concluyó con un módulo animado por el P. Carlo Lira sobre las claves del estilo salesiano de acompañamiento focalizado en el mundo juvenil.

Fuente: Oficina de Información Salesiana (OFISA)