La Cuaresma es un tiempo en el que podemos “reeducarnos” con “sincera preocupación” y caridad (Deus caritas est). Es un momento para recordar que tenemos que escuchar, en lugar de hablar y tratar de entender lo que Dios nos está diciendo. Queridos seguidores de Caritas: Como yo, hay millones de personas de todo el mundo que se preparan a la Cuaresma. Miro mis relaciones con los demás, para comprobar si se han debilitado y si he caído en la indiferencia y la autocomplacencia, respecto a los que me rodean. El Papa Francisco habla de “la globalización de la indiferencia”, en su mensaje de Cuaresma de este año y pregunta lo que podemos hacer para superar la espiral de angustia e impotencia. Hay imágenes e historias de sufrimiento, de todo el mundo, que pueden abrumarnos y ahogar la esperanza. Es tentador pensar que los sirios seguirán siendo refugiados, en los próximos años, y no podremos hacer nada por sus hijos, que mueren de hipotermia. Y puede resultarnos reconfortante pensar que hay anchos mares y muchas millas de distancia, entre nosotros y las personas que mueren de ébola. Sin embargo, la Cuaresma es un tiempo en el que estamos llamados de nuevo a volver a nuestro camino, siguiendo los pasos de Cristo. Es un momento en el que estamos llamados a la renovación y cuando se nos invita a reafirmar nuestra relación, entre hermanos y hermanas, como una familia humana. “Pues del mismo modo que el cuerpo es uno, aunque tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, no obstante su pluralidad, no forman más que un solo cuerpo, así también Cristo”, 1 Corintios 12,12. La Cuaresma es un tiempo en el que podemos “reeducarnos” con “sincera preocupación” y caridad (Deus caritas est). Es un momento para recordar que tenemos que escuchar, en lugar de hablar y tratar de entender lo que Dios nos está diciendo. Yo me uno al Papa Francisco, en exhortar para que se ponga fin a la globalización de la indiferencia. El apoyo de ustedes a Caritas, puede poner fin a esta indiferencia. “Caritas es la caricia de la Iglesia a su pueblo, la caricia de la Madre Iglesia a sus hijos, la ternura, la cercanía”, nos dijo el Papa Francisco. A través de su apoyo y sus donativos a Caritas, ustedes hacen sentir su presencia en la vida de los más vulnerables y les hacen percibir la ternura de toda la familia humana. Con su apoyo, podemos ayudar a la gente a cambiar su propia vida. Suyo en Cristo, Fuente: Comunicaciones Pastoral Social Caritas |
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