A sólo meses para la rendición de la Prueba de Selección Universitaria, PSU; el Departamento de Evaluación, Medición y Registro Educacional (Demre) informó, hace algunos días, reformas fundamentales en todas las pruebas, sin embargo, la que más preocupa es la de Lenguaje y Comunicación. La PSU, desde su génesis en el 2003, se ha planteado como un instrumento que se diseña en referencia al currículo vigente promulgado desde la Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza (LOCE), pero que debe adaptarse a los ajustes implementados por el Ministerio de Educación en el currículo de la enseñanza media. Los docentes de la Escuela de Educación Básica de la Universidad Católica Silva Henríquez: Julieta Toledo Escobar, Silvia Castillo Sánchez, Karen Segovia Bahamondes y Richard Astudillo Olivares, elaboraron un documento en donde analizaron el nuevo temario de Lenguaje y Comunicación, no sólo en su forma, sino también en su fondo. Ante la urgencia de realizar estos cambios de temario, los expertos señalan que no eran necesarios, ya que no se ajustan a la realidad escolar donde aún se planifica de acuerdo a los conocimientos mínimos obligatorios (CMO) y habilidades contempladas en el currículum antiguo de Lenguaje y Comunicación. El giro del temario hacia un enfoque basado en habilidades y competencias generales “ha sido poco pertinente si consideramos que en las prácticas de aula aún se utiliza la nomenclatura anterior”. El currículum se ha venido configurando de forma equitativa, distribuyendo los objetivos de aprendizaje de acuerdo a 3 ejes fundamentales (lectura, escritura y oralidad). En esta ocasión, se privilegia la evaluación de la comprensión lectora en desmedro de la producción de textos y la oralidad. “Por otro lado, no guarda relación con la serie de evaluaciones estandarizadas aplicadas previamente a los estudiantes como el SIMCE, que sí está siendo actualizada de acuerdo al currículum nacional, pues incluye preguntas abiertas que son evaluadas a través de una rúbrica analítica que precisa los progresos en la escritura de los estudiantes de educación básica y media”, afirman. Dado que se reducen algunos contenidos disciplinarios propios del Lenguaje y Comunicación, los académicos de la Facultad de Educación de la UCSH creen que estas modificaciones obligarán al docente del ramo a reducir los objetivos de aprendizaje que debe cubrir para preparar la rendición de la prueba y convertirá la clase en una especie de taller de comprensión lectora, desviando, así, el enfoque comunicativo de la enseñanza de la lengua, principalmente en la educación media. Respecto al temario, los docentes aseveran que una evaluación compuesta solo por ítems de selección múltiple no puede evaluar estrategias de aprendizaje como los momentos antes y durante la lectura; no calificaría procesos de escritura ni directa o indirectamente; tiende a confundir la noción de texto con la de discurso; y no están claros los criterios de clasificación de los textos (se mezclan criterios lingüístico-textuales). Finalmente, los expertos manifiestan que el manual de contenidos propuesto para este año, está descontextualizado respecto a los textos escolares que el Ministerio de Educación, MINEDUC, distribuye gratuitamente en los colegios. “Están relativamente más ajustados al currículum actual en cuanto a los objetivos, los ejes de Lenguaje y Comunicación y la evaluación auténtica”, concluyen. Fuente: ucsh.cl |
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