En el recientemente reinaugurado Templo de María Auxiliadora del Centro, la Familia Salesiana de Santiago se congregó para celebrar la Solemnidad de la Virgen Santísima bajo la advocación del Auxilio de los Cristianos, el jueves 24 de mayo, devoción salesiana que cumple 150 años, iniciada por el propio San Juan Bosco en 1862, con la idea de venerarla con este título y así, por su intercesión, recibir la ayuda para conservar y defender la fe. Integrantes de todos los grupos de la Familia Salesiana participaron en la celebración, notándose una presencia mayoritaria en la asamblea de miembros del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora, así como también de salesianos. Presidió el P. Inspector Alberto Lorenzelli, acompañado por su Vicario, P. Vicente Soccorso; por el párroco, Bernardo Venegas y por el Director de la obra Salesiana de Alameda, Juan Pablo Moreno. Antes de iniciar la celebración, el párroco, P. Bernardo Venegas, dio la bienvenida a los congregados y los exhortó a asumir el Santuario en su real dimensión, es decir, como un lugar donde: se anuncia a Jesús, donde Dios se regala y se encuentra, lugar de buenas noticias, lugar donde se debe manifestar la paternidad por parte de los sacerdotes y equipos de servicio, lugar para ser acogidos y escuchados, lugar para dar sentido al dolor, para encontrar la paz, la tranquilidad, la consolación por medio de los sacramentos, lugar de peregrinación. “Queremos que este lugar sea verdaderamente emblemático dentro del corazón de la ciudad”, concluyó. Entre los varios temas desarrollados por el P. Inspector en su homilía, se refirió, por ejemplo, a cómo la celebración de esta Solemnidad le hizo volver al templo que vio iniciar su servicio de animación en la Congregación en Chile hace tres meses. “Vuelvo con profundos sentimientos de alegría, de gratitud y con la actitud del peregrino que busca la casa del Padre y de la madre. Desde el primer instante de mi reciente elección he confiado toda la Congregación Salesiana en Chile, toda la Familia Salesiana y los jóvenes a nuestra Madre Auxiliadora de los cristianos, la Virgen de Don Bosco”, señaló. Proteger a los jóvenes de aquello que pone en riesgo su felicidad y su salvación Refiriéndose a la importancia de no separar los título de Madre y Auxiliadora de María, el provincial exhortó a los celebrantes a sentirse parte de la labor protectora de la Madre Celestial a favor de los jóvenes: “En nuestra calidad de discípulos de Jesús, somos Iglesia, que tiene a María como Madre, y en nuestra calidad de cristianos, contamos con su protección materna y nos sentimos llamados a ser “auxiliadores” y “auxiliadoras” de los jóvenes en la prevención y en la lucha contra todas las dificultades que amenazan sus vidas, desde el aspecto físico, económico y social al moral y espiritual, poniendo en riesgo su felicidad e incluso su salvación”. María, Maestra y Generadora de Fe En relación al Evangelio proclamado de las Bodas de Caná, el P. Alberto señaló que María se presenta en esa situación como creyente y como generadora de fe y que nos enseña cuatro actitudes importantes para nuestra vida de creyentes: “En primer lugar, a compartir las vicisitudes de los hombres y las mujeres, solidarizarse con las angustias y las tristezas, con las esperanzas y las alegrías de nuestros contemporáneos. En segundo lugar, a estar atentos a las necesidades de los demás, a vivir no centrados sobre nosotros mismos sino sobre los otros. En tercer lugar, a descubrir la presencia de Jesús y a orientar hacia Él, como el único que puede responder a nuestras más profundas necesidades y a los problemas existenciales. En cuarto lugar, a ser creyentes y creíbles, de modo que sea nuestra propia fe la que haga posible la fe de los demás”. No se trata de hacer cosas Siguiendo con la idea de aquel que se confía a María, el Provincial señaló que la devoción del Salesiano a María significa entrega, confianza, pertenencia y disponibilidad y que su misión no consiste en hacer cosas, aunque sean muy aparentes, sino en “convertirse en testimonio del amor inagotable del Padre revelado en su Hijo”. Jóvenes: principales víctimas de las expresiones negativas del modelo social actual En relación al título de Auxiliadora, el P. Inspector señaló que María representa tanto la defensa de los más necesitados y acabados, como el cuidado maternal de quien te toma de la mano y te guía, te educa y te forma, y aunque las resonancias de ese título en tiempos de Don Bosco eran otras, hoy siguen siendo los jóvenes las principales víctimas de las expresiones negativas del modelo social actual: “Privados de las cosas necesarias, comprometen su desarrollo normal o se sienten incluso tentados a buscar formas de vida que no desembocan en la plenitud de ésta, o porque, cerrados en sí mismos y en la búsqueda del confort, pierden el sentido de la vida, la capacidad de darse, la gratuidad y el servicio, y acaban por organizar su vida al margen de la realidad de Dios, fuente de la vida. Los destinatarios de nuestra misión, los jóvenes pobres, abandonados y en peligro (MB XIV, 662), dan razón del por qué de nuestra devoción a la Auxiliadora. Se trata de personas que no tienen ningún otro auxilio que el que viene de Dios, el cual pone su gloria en ser su defensor”. Misión Joven Concluyó su homilía el P. Alberto refiriéndose a la Misión Joven: “La Misión Joven 2012, es una invitación a abrir espacios de encuentro con los jóvenes en todas las unidades pastorales, para conocerlos, escucharlos y valorarlos, reconociendo principalmente el potencial y la riqueza de sus vidas… es un tiempo de esperanza gozosa, esperanza porque tenemos la certeza que el encuentro con Cristo cambia la vida; no se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva (B XVI). El encuentro personal y comunitario con Jesucristo permitirá que muchos jóvenes puedan encontrar la vida abundante que Dios Padre les regala”. {phocadownload view=file|id=125|text=Descargar Homilía P. Inspector|target=s} Ofrendas: Bicentenario y Misión Joven En el momento de la presentación de las ofrendas, fueron llevados al altar un cuadro de San Juan Bosco, formado por Dios con el auxilio y la presencia permanente de la Virgen, como signo de la preparación del Bicentenario de su Nacimiento (2015), en el cual toda la Congregación está empeñada; también fue presentada la Cruz de Chile, signo que expresa el compromiso de la Congregación por la Misión Joven a la que invita la Iglesia. Al término de la celebración, el P. Inspector impartió la bendición de María Auxiliadora, que también impartí aSan Juan Bosco a sus muchachos del oratorio en los momentos más importantes de la vida. Como signo especial, fueron invitados todos los jóvenes presentes a recibir la bendición frente al altar. Fuente: Oficina de Información Salesiana – OFISA. |
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