P. Pedro Pavisic: “A mí me motiva la vida eterna”

2707_01.jpgEl P. Pedro Pavisic Vrandesic es el más longevo de los sacerdotes salesianos de la Comunidad Educativa Pastoral de la Escuela Industrial Salesiana de La Serena. El pasado viernes 15 de julio cumplió 86 años de edad. Por esta razón, los miembros del Taller de Periodismo de esta Casa Salesiana lo entrevistaron en su propio taller de arte para conocer más de su vida.

Muy contento y entusiasmado recibió el P. Pedro a los integrantes del Taller, tanto que comenzó una auto entrevista. “Yo nací en Punta Arenas, en una familia de 14 hijos más el papá y la mamá, pero sólo llegamos a la edad adulta 11, 6 hombres y 5 mujeres. De ahí salieron dos sacerdotes. Yo aún me estoy haciendo curita”, manifestó entre risas, para romper el hielo.

Luego de esta introducción del P. Pavisic, los 12 alumnos del Taller (primero y segundo medio, guiados por la periodista Lilia Castro) iniciaron rondas de preguntas, a las que respondió una a una, muy dispuesto, a ratos emocionado, no dejando de lado la contingencia actual.

¿En cuáles ciudades ha estado?
En cuales no he estado. Nací en Punta Arenas y trabajé en Puerto Montt, Concepción, Valparaíso, y el resto del tiempo en Santiago.

2707_02.jpgCuándo niño, ¿Qué labor quería ejercer o siempre quiso ser sacerdote?
Mis padres eran muy cristianos. Nosotros rezábamos todos los días el Rosario antes de la cena, entonces era un ambiente muy creyente. A mi padre, por ser muy católico, le ofrecieron el cuidado de una capilla en el barrio donde estaba nuestra casa. Nos trasladamos a vivir a la casa a un costado de la parroquia, que tenía huerta para tener nuestras verduras. Nos radicamos ahí. Este ambiente que les describí produjo en mí una atracción por la vida sacerdotal. Todos los domingos venía el padre a rezar la misa y yo le ayudaba. Un día, cuando yo estaba en quinto de preparatoria, quinto básico ahora, le pegunte a mi profesor, que era el P. Lorenzo Maza, ¿Qué tengo que hacer para ser sacerdote? y él me dijo: ‘muy sencillo, ser un chiquillo estudioso y después te mandaremos al Seminario’, y así fue.

Desde los 10 años deseé ser sacerdote salesiano porque me entusiasmó la vida de los salesianos, siempre alegres. Habían muchos salesianos jóvenes que jugaban con nosotros en el patio, yo también jugué con los muchachos Voleibol y Básquetbol, pero después se me vinieron los años y por salud me lo prohibió el médico.

¿Sus apellidos de que procedencia son?
Mi madre y mi padre son croatas, ellos se casaron en Chile. Yo soy chileno de sangre croata.

¿Qué es lo más bello que recuerda como sacerdote?
El momento en que me consagraron sacerdote en Punta Arenas, en la parroquia María Auxiliadora construida por mi tío y mi papá. El P. Bernabé trajo unos planos de Italia y ellos los ejecutaron. Ese día de mi ordenación estaban mi papá y mi mamá, y antes de empezar la ceremonia, me dijeron anda a pedirles la bendición a tus padres, entonces mi padre dijo unas palabras, mi madre también. ‘Que Dios te bendiga, te ayude y te consagres a la juventud’. Después de la ordenación me dijeron ‘ahora anda tú y bendice a tus padres’ y fue la primera bendición que di como sacerdote. Fue el momento más solemne de mi vida.

¿Padre, usted siempre estudió en colegios salesianos?
Estudie mi básica en Punta Arenas donde, después, fui Director. En el mismo templo de la ciudad fui bautizado, hice la primera comunión, me confirmé y me ordenaron sacerdote, construido por mi tío y mi padre. Desde chico estuve en colegios salesianos hasta ahora.

La educación media la realicé en Santiago, en un liceo para los postulantes a sacerdotes, ahí estuve en el Seminario.

2707_03.jpg¿De quién aprendió a hacer arte?
Bueno, era una cualidad natural. Cuando estaba en la básica había un padre que pintaba y me llamaba para que le ayudara, de ahí me fui entusiasmando con la pintura. Después estudie Bellas Artes en la Universidad Católica y me fui perfeccionando más en óleo, pintura y en talle y escultura. Hice una estatua de María Auxiliadora que está en Santiago a la entrada del Templo del Seminario. Como profesor tenía que hacer clases de dibujo y artes manuales, entonces uno va aprendiendo a hacer cosas nuevas, a combinar los colores.

¿Qué lo motivo a hacer este taller?
Yo no lo hice. Llegué aquí y me dijeron si podía tomar este taller, pues había otro encargado que se había ido. Y como a la edad de 86 años ya no estoy para dictar clases, además ya estoy jubilado y a los jubilados no los dejan hacer clases. Yo fui por 7 años Director en el colegio en Talca, en Santiago otros 7 y después estuve de párroco 8 años, y desde que llegue a La Serena, en el año 2004, estoy a cargo de este Taller.

¿Qué otras cosas aparte del arte le gusta hacer?
Antes me gustaba mucho el deporte, el Básquetbol y el Esquí, iba a la montaña a esquiar. Me gustaba el teatro también, yo aprendí a maquillar a los actores y también a pintar las escenografías. Esas cosas me entretenían.

¿Dónde había trabajado antes de llegar a este colegio?
La última obediencia que tuve fue de párroco 8 años en la Gratitud Nacional, en el Santuario María Auxiliadora en Santiago, ubicado en calle Cumming con la Alameda. Después, estuve un año de descanso en el Templo de Don Bosco como vicepárroco y al final yo le dije al superior: ‘mándame a una escuela industrial que he estado tantos años en escuelas industriales, he fabricado máquinas y todo, y me estoy perdiendo aquí’. Y me mandaron acá a La Serena, pero la salud no me dio para estar en los talleres, algunas cosas ayudé al principio. Yo me metía a los talleres a forjar, a soldar fierros.

¿A qué edad tuvo su primer cargo como Director?
Ahí sí que no me recuerdo! Quítale algunos años, a ver… a los 33 o 34 más o menos.

¿Qué idiomas sabe?
Yo estuve en Italia, hasta prediqué en iglesias de Italia, así que el italiano lo manejo bien, castellano más o menos, entiendo el latín, algo de inglés, yugoslavo, pues es el idioma de mis padres. Sé el casero, el ordinario, no el culto porque en mi casa no me enseñaron literatura, pero siempre se hablaba en mi casa en yugoslavo. Mi papá y mi mamá nos hablaban es yugoslavo y nosotros le contestábamos en castellano, pero cuando llegamos a los 16, 17 años y tomamos más personalidad, le contestábamos también en yugoslavo. Por las circunstancias de la vida salesiana se aprenden todos estos idiomas.

¿Le gusta leer?
Mucho y hacer versos también. Tengo una colección de 30 poesías, hice un proyecto hace tiempo y saqué varias copias.

¿Le gusta algún autor de libros?
A mí me gustan mucho los versos de Neruda, y escritos de literatos españoles, como José María de Pereda.

¿Cuál es el sueño que aún no ha podido cumplir?
El sueño mío es terminar bien, seguir haciendo lo más que se pueda y llegar a la otra vida feliz. Siempre le digo al Señor, dame la fuerza suficiente para seguir trabajando y entregando.

¿Cuáles son las cosas que más le hacen feliz y cuáles las que más lo hacen enojar?
Lo que más me hace feliz es verlos a ustedes progresar, ser buenos, y lo que más me apena es la situación política general de Chile donde hay tanto odio y ‘tira para abajo’ de unos con otros. Me amarga ver, por ejemplo, estafas como las del Fútbol. Tengo que esforzarme por no pensar en el mal que hay en el mundo para no amargarme. Pero yo gozo cuando viene un ex alumno y me cuenta: ‘Padre, de usted he aprendido a vivir’. Por eso yo les digo, observa lo que se hace en el colegio, participa para transmitirlo después en sus vidas. Lo que me alegra también es ver a Diáconos, Ministros de Comunión, que son ex alumnos salesianos.

¿Cómo cree usted que será la juventud en un futuro cercano?
Hay de todo. Hay jóvenes que están en todas las circunstancias. La riquezas que hay de bienes en este mundo ahora, de comunicación, de percepción, de música, de arte; los chiquillos que se enderezan, caminan bien, tiene una juventud preciosa, pero la juventud actual tiene, diría yo, más problemas para ser correcta que la antigua. Yo tuve todo el acompañamiento de mi familia, un colegio salesiano muy buen formador, el Seminario, me ayudó todo para ser lo que soy.

La juventud en toda época ha tenido sus problemas, pero yo digo que en este tiempo tiene más, por ejemplo, ahora estas huelgas, están azuzados por la política. Rompen los bancos, rompen los vidrios, destruyen el colegio, salen millones de pérdidas y no ganan nada porque el Ministro les dijo: ‘Lo vamos a hacer así’. Está peligrosa la situación escolar política, pero yo tengo fe, porque en ustedes, las generaciones que salen de aquí, tienen gran apoyo de parte de la Institución, porque dicen que nosotros los salesianos les damos una formación de la personalidad. Ese es mi consuelo, ver que la juventud, cuando hay ambiente y voluntad por parte de ellos, surgen y resultan buenas personas.

¿Por qué cree que guiándonos por el camino de Dios formaremos una mejor sociedad?
No hay que pretender cambiar el mundo, primero hay que cambiar el propio mundo. Es cierto que ustedes tengan el sueño, el ideal de ser testigos del Señor en el mundo. Dar testimonio de verdad, de amor, de justicia, de trabajo, de sacrificio, eso es bueno, pero hay que partir con la propia persona, no crean que van a cambiar el mundo. Es peligroso ponerse en posición de jueces. ‘Yo voy a cambiar el mundo, ¿y si no lo cambia’? Cambia al menos tú, que habrá uno en el mundo que cambió y sigue a Cristo.

2707_04.jpg¿Qué lo motiva todos los días a hacer su taller de artes y las misas de la mañana?
El jubilado que no sigue trabajando se muere. ¿Qué me motiva? Seguir haciendo lo que hice en mi vida según mis posibilidades, según lo que me den. Yo gozaba muchos cuando me tocaban los Buenos Días con ustedes, darles algunas ideas para la vida. A mí me motiva la vida eterna, en toda mi vida me entregué a la vida salesiana por la juventud y para la juventud, por eso cada vez que me ofrecen una misa, con gusto la rezó con ustedes. Y todos estos trabajos del taller van a las misiones, a los oratorios, a beneficios.

Quiero seguir dando testimonio de trabajo y de servicio a la juventud lo más que pueda. Cuando me enfermé le dije al Señor: ‘Ayúdame a vivir y amarte en el dolor, enséñame a morir teniendo visión clara que la existencia humana felizmente termina en tu inefable don’. Hay que tener fe en otra vida. A mí cuando me vienen los ahogos y creo que me va a dar un ataque, digo. ‘Señor aquí estoy si quieres llevarme ahora, pero me gustaría seguir trabajando’ y se me pasa, respiro profundo.

¿Qué le diría a la juventud chilena si tuviera la oportunidad?
Que se calme, que vaya a estudiar. En este momento están para estudiar, no para decir las cosas del Gobierno, para eso se eligen a los diputados y senadores. Porque si todos nos ponemos jefes sería un caos. La juventud es para estudiar, también tiene derecho a hablar, pero no a violentar. Yo les diría a tu escuela, a tu formación y cuando seas grande ahí sí ronca fuerte, ahí entra a la política buscando la justicia, ahí sí, pero antes no.

Al finalizar esta entrevista, los “reporteros” del Taller de Periodismo concluyeron felices que, a pesar de sus años, el P. Pedro Pavisic sigue con sus deseos de vivir intactos, de estar en contacto con los jóvenes, siempre alegre y con ganas de seguir sirviendo como sacerdote por muchos años más.

Entrevistadores: Sebastián Rivera, Yorshua Marín, Felipe Cortés, Jaime Arqueros, Mauricio Muñoz, Dylhan Gómez, Andrés Canihuante, Sergio González, Alexis Pinto y Jorge Ramos.

Fuente: Comunicaciones Salesianos La Serena.