Contando con la presencia del Arzobispo de Santiago, mons. Ricardo Ezzati, del Obispo Emérito de Punta Arenas, mons. Tomás González, salesianos llegados de la mayoría de las presencias del país, parte de su numerosa familia y amigos, en la tarde del martes 3 de mayo se dio la despedida definitiva al P. Ángel Mercado, fallecido el domingo recién pasado.
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La Eucaristía fue presidida por el P. Inspector Leonardo Santibáñez, y concelebrada por el P. Luis Burgos -Director de la comunidad de la Casa Rinaldi a la que pertenecía el P. Ángel-, el P. Juan Bustamante, Director del Liceo Camilo Ortúzar Montt donde se realizaron las exequias, y una gran cantidad de sus hermanos de congregación.
Una de las características personales del P. Mercado que más se hizo sentir durante la celebración, fue su alegría, su cercanía, su gusto por el compartir y establecer relaciones de amistad con las personas. Como muestra de ello, destacaron algunas delegaciones llegadas para la ocasión desde los colegios donde alguna vez el P. Mercado cumplió su misión como director o Coordinador de Pastoral.
Según palabras del P. Inspector, tal vez la foto que descansaba sobre el féretro donde se podía apreciar al P. Ángel contento y sonriente, era la más representativa de su carácter. En el momento de las ofrendas, la presentación de su estola, un balón, servilletas y una guitarra, junto al pan y al vino de la vida, reafirmaron esas palabras.
Homilía
“Este domingo 1° de mayo había muchas razones para celebrar: El día de San José Obrero, la beatificación del Papa Juan Pablo II, el día de Cuasimodo. Este fue el día que el Señor eligió para llamar nuevamente a sus brazos de Padre amoroso al P. Ángel Mercado, después de años de ofrecer su salud quebrantada y vivir dolores y pesares físicos, que lo mantuvieron en la Casa de Reposo Felipe Rinaldi por casi 5 años”, reflexionó el P. Inspector en el comienzo de su homilía, luego de recordar que conoció al P. Mercado en 1964, cuando recién llegaba de Europa al filosofado de Quilpué, donde les enseñó a los jóvenes salesianos Sicología Evolutiva.
“El Padre Ángel fue un salesiano apreciado, cercano, de buen carácter y un buen amigo, amante de los patios, de estar con los jóvenes al estilo de Valdocco, incluso su conocido amor por el club 
deportivo de la Universidad Católica, era una buena herramienta para llegar a los jóvenes. Su larga vida salesiana lo llevó a ser elegido para entregar su testimonio de vida en el Capítulo Inspectorial realizado en mayo de 2010, donde comentó cómo conoció a Don Bosco en Talca, cuando niño, hace 67 años. De esos primeros encuentros, destacó que le llamó la atención la cercanía de los salesianos de aquella época, que se daban el tiempo de jugar en el patio con los alumnos”, señaló el P. Santibáñez.
Finalmente agregó el P. Inspector, refiriéndose a las lecturas leídas en la Eucaristía: “Escuchábamos a Jesús en el Evangelio, ‘la voluntad de mi Padre es que todo el que vea al Hijo y crea en Él, tenga vida eterna y que yo le resucite en el último día’. Estoy convencido que el P. Ángel en su vida vio al Hijo y creyó en Él y por eso Jesucristo lo resucitará y allí podrá contemplar al Padre con el mismo entusiasmo 
con que contemplaba durante las noches el cielo estrellado, describiendo las estrellas y galaxias a quien lo quisiera escuchar. Seguramente ‘estará feliz de sentarse a la mesa celestial’, como escribió ayer un gran amigo suyo y amigo de muchos de nosotros, el P. José Nicolussi.
A modo de despedida, el P. Inspector pidió al P. Ángel interceder por la Congregación y la Familia Salesiana, “para que tu ejemplo de entrega y de alegría salesiana sea imitado por muchos jóvenes que hoy nos permitan llevar adelante la misión de Don Bosco en Chile”.
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