Reseña biográfica P. Mercado

0205_02.jpgEn sus 61 años como religioso salesiano y 49 de Sacerdocio, el padre Ángel sirvió a la Congregación en Chile como Director en diversas presencias, durante 29 años, en ocho lugares distintos. Además, perteneció al Consejo Inspectorial durante 9 años, como Consejero y Vicario del Inspector.

0205_03.jpgIngresa al Noviciado de Jahuel el 29 de enero de 1949. Profesa de forma perpetua el 31 de enero de 1956. Obtuvo la Licenciatura en Teología en Turín en 1962 y el 11 de febrero del mismo año es ordenado sacerdote en la Basílica de María Auxiliadora de la misma ciudad. Obtuvo además un Doctorado en Filosofía en Roma en 1964. Era considerado de buen carácter, de fáciles relaciones humanas con jóvenes y adultos, piadoso y amante de la Congregación.

Recién ordenado sacerdote, le tocó vivir en Roma la que considera la experiencia más grande de su vida y que plasmó en un testimonio. Se trata de “la preparación inmediata y el inicio del Concilio Vaticano II, como ayudante del Cardenal Raúl Silva Henríquez y de los obispos chilenos que se reunían en el mismo lugar donde yo estudiaba, en el Sacro Cuore de Roma. Recibí una gracia de Dios muy grande”, indica.

El P. Ángel es el tercero de 17 hermanos, hijo del matrimonio integrado por Ángel María Mercado Rosales y Rosa Amelia Sepúlveda Lizama. La casa de sus padres era vecina de la Parroquia “San José” de Duao. Su abuela le llevaba a misa todos los días, y en la casa, por las tardes, rezaban el santo Rosario todos juntos. Este era el contexto 0205_04.jpgreligioso que le acercó al Señor.

Una vez terminados los estudios en la Escuela 43 de Duao, su padre decide enviarle al Colegio Salesiano “El Salvador” de Talca. Ahí empezó a conocer a San Juan Bosco. Los padres salesianos le dejaron a cargo de los acólitos y de los turnos para acolitar las misas, cuando tenía 13 años de edad. “Me hablaban de vocación, no entendía nada”, comenta en el testimonio.

EL P. Ángel recuerda y destaca la posibilidad que tuvo de jugar mucho en el patio del colegio junto a los sacerdotes salesianos. Acompañaba los domingos al Padre que presidia la Misa en el colegio María Auxiliadora y en el hospital regional de Talca. “En las vacaciones los sacerdotes iban a verme a la casa de mis padres. Un día me llevaron un libro titulado ‘hechos y episodios de la vida de San Juan Bosco’. Esa lectura me convenció. Vine a terminar mis estudios de humanidades en Macul, que era el Seminario Menor o Aspirantado de los Salesianos en Chile”, comenta el P. Ángel.

0205_05.jpgEn relación a los elementos del ambiente salesiano que influyeron en su respuesta vocacional, el P. Ángel destaca: “Mucha alegría y compañerismo, y bastante exigencia en los estudios, ceremonias litúrgicas salesianas y atrayentes. Muy poco conocimiento de la ‘Psicología de la edad evolutiva’. Me ayudaban a superar los problemas de ‘amistades particulares’ y las crisis de adolecente: algunas charlas del Padre Director Baltasar López, los sabios consejos del P. Carlos Weis, mi confesor y profesor de Biología y Química, las oportunas orientaciones para libros de espiritualidad del P. Juvenal Dho”.

Concluye su testimonio indicando: “Creo haber sido un buen hijo de Don Bosco; creo haber aplicado correctamente el Sistema Preventivo, en todas las obras donde serví como director o delegado pastoral. Me considero amigo de todos los salesianos de la Inspectoría. Fui entusiasta por la superación académica de profesores y alumnos, entusiasta del deporte, manifestaciones culturales y artísticas; siempre hubo espacio para retiros espirituales, las confesiones, las fiestas del Señor y de 0205_12.jpgMaría Auxiliadora. Traté de ser cercano y amigable, nunca fui ‘tonto grave’; sino sencillo y a la mano. Le tengo cariño al patio, a la sala de clases, al templo que es mi oficina”.

A la muerte del Papa Juan XXIII, el P. Ángel se encontraba en Roma estudiando el Doctorado en Filosofía. En una carta que dirige al P. Inspector de la época, fechada el 14 junio de 1963, narra lo que acontecía a causa de la pascua del Sucesor de Pedro y comenta que tuvo la posibilidad rezar en la plaza de San Pedro durante dos noches, junto a 50 mil personas en un respetuoso silencio de la multitud. “No se me olvidarás esa escenas”, indicaba.

En la carta donde pedía el Sacerdocio, el 4 de enero de 1962 indica: “Estoy feliz de poder llegar con plena libertad y conciencia al momento de solicitar ser admitido a recibir el Presbiterado. Desde hace años he deseado poder consagrarme al Señor en el ministerio sacerdotal para ayudarlo en la obra de redención de la humanidad”.

Obediencias y servicios:

– 1953 – 1955, Aspirantado de Macul, Asistente y Profesor Múltiple.
– 1956, Patrocinio de San José, Asistente.
– 1956 – 1962, Turín-Roma, Estudios de Filosofía y Teología.
– 1964 – 1966, Quilpué, Catequista y Profesor.
– 1967, Valparaíso, Catequista.
– 1968, Macul-Aspirantado, Director.
– 1969, Quilpué, Director.
– 1970, Macul, Director Filosofía, Maestro de Novicios.
– 1971, Oratorio Don Bosco, Director.
– 1972 – 1975, Valparaíso, Director.
– 1976 – 1978, Gratitud Nacional, Director.
– 1979, Italia-Don Bosco Punta Arenas, Curso de Perfeccionamiento y Vice párroco.
– 1980 – 1982, Liceo San José de Punta Arenas, Vicario y Pastoral Juvenil.
– 1983 – 1984, Instituto Salesiano de Valdivia, Vicario y Pastoral Juvenil.
– 1985, La Cisterna, Vicario y Pastoral Juvenil.
– 1986 – 1990, La Cisterna, Director y Consejero Inspectorial a partir de 1987.
– 1991, La Cisterna, Director y Vicario Inspectorial.
– 1992 – 1993, Casa Inspectorial, Director y Vicario Inspectorial.
– 1994 – 1996, Sagrada Familia, Director y Consejero Inspectorial.
– 1997, Posnoviciado, Vicario y Director Centro de Estudios.
– 1998 – 2003, Instituto Salesiano de Valdivia, Director.
– 2004, Oratorio Don Bosco, Director.
– 2005 – 2006, Don Bosco Antofagasta, Colaborador Pastoral.
– 2007 – 2011, Casa “Rinaldi” de Macul.
 

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