Este domingo 27 de febrero, día de especial connotación para nuestro país en recuerdo del terremoto que azotó violentamente la zona centro sur, el sacerdote salesiano Pedro Pablo Carrera Reyes (32 años), cumple un año como miembro del equipo formativo de la Casa del Posnoviciado “San Francisco de Sales” de la Inspectoría de León, en España. Entre noviembre y enero de 2010, estuvo en Chile tramitando una visa de estudios, oportunidad en la que conversó con OFISA respecto de su experiencia en la Madre Patria.
A 200 kilómetros al norte de Madrid se ubica Burgos, ciudad de unos 190 mil habitantes, reconocida por el Mío Cid Campeador, con una catedral que es considerada entre las más bellas del mundo en el estilo gótico, y cuyo centro histórico, del tipo medieval, alberga la nueva casa y comunidad de Pedro, donde permanecerá, en primera instancia, por período de tres años.
Fue el Consejero Regional para Europa Oeste (en la cual se circunscriben las seis Inspectorías de España), padre José Miguel Núñez, quien solicitó al P. Inspector Leonardo Santibáñez, enviar a España a un sacerdote joven, para que integrara el equipo formativo del Posnoviciado.
El Posnoviciado de Burgos reúne a diez estudiantes, provenientes de cuatro de las, todavía, seis Inspectorías de España: Madrid, Barcelona, Valencia y Sevilla (Leon y Bilbao son la quinta y sexta). Las edades de los jóvenes fluctúan entre los 19 y 22 años, con excepción de uno que tiene 27. De acuerdo a la reorganización de la Congregación en España, estas seis Inspectorías pasarán a ser dos en 2014. (Leer crónica). Pedro explica que son algo más de mil 200 salesianos los que trabajan en España, número que, se estima, reducirá a un tercio en los próximos años, producto de la avanzada edad de gran parte de ellos.
Las actuales obediencias de Pedro son: las tareas propias al integrar el equipo formativo del Posnoviciado y la animación de la pastoral de los posnovicios, situación en la que debe velar por el trabajo que los estudiantes hacen en las parroquias diocesanas donde ejercen algún trabajo.
Fuera de la Casa del Posnoviciado, Pedro ejerce como vice párroco de la parroquia diocesana San Antonio Abad, también del Centro de Burgos. Comenta que una característica particular de la parroquia es que celebra muchas bodas y bautizos, llegando contabilizar 117 de este último sacramento hasta noviembre del año pasado.
Además del Posnoviciado y la parroquia, Pedro dicta clases de Pedagogía General, Didáctica General y Liturgia en el Instituto Superior de Filosofía San Juan Bosco, que está afiliado a la Pontificia Universidad de Salamanca y donde asisten los posnovicios salesianos.
A todo este apostolado, desde el 10 de enero pasado sumó un curso de formación al Doctorado en Ciencias de la Educación de la Universidad de Burgos.
Pedro comenta que, antes de partir, pensó en un proceso de integración más bien complejo, por la diferencia cultural, las diferencias en la vida salesiana, que a nivel vocacional vive un momento de decadencia, sin embargo, en corto tiempo ha logrado encajar y adaptarse. “El primer trabajo ha sido ver cómo se vive, y eso ha sido bastante rápido. No me costó mucho meterme y captar por dónde llevan acá la vida a nivel civil y religioso”.
Apenas llegado a España, reemplazó a un salesiano en las clases de Religión en un colegio de las Hijas de María Auxiliadora, por período de un mes y medio. “Rápidamente estuve en contacto los muchachos de enseñanza media. Pude ver rápidamente sus gustos, cómo se manejan y conocer la realidad”.
En cuanto a su trabajo en la formación, indica que los posnovicios y el resto del equipo formativo les han manifestado una alta valoración por la presencia de un salesiano joven. “He conversado con los Inspectores y veo que también están contentos con la presencia de un cura joven, porque eso les han manifestado sus posnovicios. Se valora positivamente la presencia de una persona cercana a la edad de ellos”.
Otra cosa que destaca Pedro, es que, si bien están las diferencias culturales, el Carisma Salesiano es universal. “Aquellas cosas en las que yo insisto a los posnovicios, son las mismas en las que se insisten allá. En este sentido, hay muchas coincidencias entre las cosas que se viven en Chile y las que se viven en España”.
Con la comunidad de la parroquia, también ha tenido una rápida adaptación, desde donde también ha sido testigo de la alegría de la gente por su presencia. “Escuchan una voz distinta, desde el acento. Es una ventaja, porque lo nuevo llama la atención”.
Con todo, Pedro dice estar muy contento, muy bien acogido y valorado. Antes de venir a Chile para tramitar su visa de estudios, recibió una cariñosa despedida de su comunidad y demás miembros de la casa, en la que le manifestaron, en varias oportunidades, su deseo de verlo regresar para continuar con su labor.
En el pasado verano europeo, es decir, desde mediados de junio hasta agosto, Pedro tuvo la posibilidad de viajar a Irlanda para realizar un curso de inglés, en vista del requerimiento del manejo del idioma que le reportará el curso del Doctorado.
Pedro fue ordenado sacerdote en octubre de 2009, en el templo del Posnoviciado de Lo Cañas. Su vocación se fraguó en la Escuela Agrícola de Linares. Hijo de José Miguel y Violanda. Tiene un hermano que lleva el mismo nombre de su papá. Tiene 32 años de vida y 10 de profesión religiosa.