Durante la segunda semana de octubre, Sergio Mercado, Director Ejecutivo de la Fundación Don Bosco, y el P. Luis Flores, Capellán, participaron en el IX Encuentro Regional de la Opción Preferencial para los jóvenes de alto riesgo, realizado en Lima, Perú.
Representantes salesianos y laicos de 12 países de la Región Interamérica tuvieron oportunidad de evaluar y confirmar el camino que se está realizando, mediante el plan estratégico 2008-2014. Se espera que, al terminar el período, se haya crecido significativamente en la formación calificada de salesianos y laicos implicados con la opción preferencial; también en el desarrollo de procesos educativo pastorales de calidad, con una pedagogía laboral de emprendimiento incluyente y solidaria que se orientan a la transformación social, desde la 
participación política y el protagonismo juvenil; en la calidad, cobertura y número de obras implicadas en la opción preferencial con un enfoque de derechos; y en el trabajo en red a nivel interno y externo de las obras.
Los más de 40 participantes tuvieron oportunidad de conocer e interactuar con jóvenes en alto riesgo que son atendidos las 24 horas y los siete días de la semana por los salesianos del Perú, en un ambiente familiar animado por una comunidad.
La opción por la juventud pobre, abandonada y en peligro ha estado siempre presente en el corazón y en la vida de la Familia Salesiana, desde Don Bosco hasta hoy, lo que da dado lugar a una gran diversidad de respuestas, de estructuras y de servicios para los jóvenes pobres.
Los jóvenes en situaciones de riesgo, la mayoría de ellos con problemas familiares, tienen necesidad de un ambiente de familia, donde encuentren las condiciones favorables para reestructurar y reorientar adecuadamente su vida; un ambiente donde puedan vivir una relación y un diálogo espontáneo y educativo desde la autonomía e interdependencia, y puedan crecer unidos en solidaridad, reciprocidad y servicio mutuo. Este ambiente necesita, así se comprende en el mundo salesiano, una animación comunitaria, en la que la comunidad SDB, junto a los educadores laicos, tiene un papel irrenunciable.
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