Después de 84 días de ayuno, los 34 comuneros mapuches de las cárceles de Concepción, Lebu y Temuco depondrán su medida de presión tras alcanzar la noche de viernes 1 de octubre un acuerdo con el Gobierno. El proceso de diálogo fue facilitado por la Iglesia Católica, servicio que recayó de un modo particular en el Arzobispo salesiano mosn. Ricardo Ezzati, de la Arquidiócesis de Concepción.
La feliz noticia fue anunciada por el propio arzobispo, junto a la representante indígena, Natividad Llanquileo, y al subsecretario de la Presidencia, Claudio Alvarado. El acuerdo alcanzado establece que el Ejecutivo desistirá de todas las causas por Ley Antiterrorista que se llevan a cabo en los tribunales del país.
Eran cerca de las 22 horas del viernes cuando se abrió la puerta de la sala pastoral número siete de casa Betania. El documento de dos hojas, firmado por cada uno de los integrantes de la mesa de diálogo, fue portado con alegría por mons. Ezzati, el subsecretario general de la Presidencia, Claudio Alvarado y las cuatro mujeres representantes de los huelguistas. La noche estaba muy fría, pero en los rostros de cada uno se dibujó prontamente una sonrisa de satisfacción. El grupo era esperado durante casi 12 horas por un inquieto y masivo grupo de periodistas que activaron sus flashes y grabadoras en el “salón chimenea”, cuando aparecieron los miembros de la “mesa de diálogo” que, en días previos, se había visto amenazada por una suerte de “quiebre”.
El 1 de octubre se recordará como una fecha importante para el Pueblo Mapuche, pero también para la Iglesia y el país. Precedieron al anhelado acuerdo, largas jornadas, intensas reuniones, diversos espacios, dinámicas conversaciones. Monseñor Ezzati siempre se le vio atento, preocupado, pero con una enorme vitalidad y fortaleza. Su optimismo nunca decayó.
Siempre mantuvo la esperanza. Estuvo siempre dispuesto y realizó innumerables gestiones, visitó varias veces a los comuneros en la cárcel y en el hospital. No descansó; abrió las puertas de su casa y su oficina para facilitar el diálogo y el acercamiento de las posiciones. Habló con ministros, parlamentarios y atendió llamados de todo el país y el extranjero.
Probablemente sintió un gran alivio cuando leyó el acuerdo. “Al final de esta jornada y de un diálogo que hemos sostenido, en estos días, tengo el agrado de leer el acuerdo alcanzado”. Luego, manifestó agradecido: “En lo personal, lo importante ha sido realizar mi misión de pastor, un pastor que busca llevar sobre sus hombros, las alegrías, las esperanzas, pero también las tristezas, las angustias de los hermanos, a quienes el Señor me ha enviado. Creo que esto puede sintetizar lo que yo he sentido a lo largo de este tiempo y lo que siento, en este momento, dando gracias a Dios por lo que se ha podido realizar”.
El Arzobispo confidenció, además, que este proceso reforzó en él “el sentido de la misión pastoral y, que significa ser también puente entre grupos que pasan por momentos difíciles y que requieren de la mediación del Buen Pastor, para encontrar el camino de una vida más plena”.
Mons. Ezzati reconoció que el camino hecho fue difícil, pero nunca perdió las esperanzas. “Todo camino de diálogo es siempre un camino difícil, pero es un camino que vale la pena recorrer, porque es el camino que nos indica la razón humana y, sobretodo, nos indica para quienes somos cristianos, la fe que nos lleva a creer en las otras personas, a creer en los medios pacíficos y a creer que las metas se pueden lograr, justamente, por caminos de paz.
Natividad Llanquileo, hermana de uno de los huelguistas, se convirtió en una persona clave en representación de los comuneros. Al terminar con el acuerdo, expresó su profundo agradecimiento a Monseñor Ezzati. “El rol que jugó Monseñor fue súper importante para llegar a la solución de este problema. Sin él, creo que habría sido muy difícil, mucho más difícil de lo que fue. Estoy muy agradecida de su labor y de la preocupación que tuvo por la vida desde el comienzo de la huelga, por la vida de los mismos huelguistas; estoy muy agradecida no sólo a nombre personal, sino también de lo que me han manifestado los propios huelguistas”.
Pamela Pezoa, vocera, dio también su opinión. “Monseñor estuvo siempre preocupado, prácticamente desde que él asumió el rol de facilitador; estuvo pendiente las 24 horas del día; estuvo permanentemente atento a nuestro llamado y solicitudes. Estuvo dispuesto a llegar hasta donde nosotros le pedimos que llegara; nos acompañó a Angol y estuvo siempre trabajando en pro de la unidad y de resolver este conflicto. Creo que Monseñor hizo mucho más allá de su rol de facilitador”, afirmó, agregando que “fue también una decisión de los propios huelguistas, que Monseñor fuera la persona que cumpliera este rol. Ellos siempre tuvieron los ojos puestos en él, desde el principio de la huelga”.
El subsecretario general de la Presidencia, Claudio Alvarado, en representación del Gobierno en la mesa de diálogo, valoró la acción del Pastor. “Creo que Monseñor Ezzati fue fundamental. El fue el verdadero puente entre los representantes de los comuneros y el gobierno. Ha sido una persona que actuó con mucha sabiduría, con una paciencia infinita y que de alguna otra forma ese saber, ese conocimiento, esa experiencia, contribuyó a que este diálogo pudiera culminar con mucho éxito”, concluyó.
EL ACUERDO
1.- Como es de público conocimiento, el Gobierno ha promovido reformas legales destinadas a modificar la denominada Ley Antiterrorista y las normas de enjuiciamiento de civiles por parte de tribunales militares. Dicha voluntad de cambio forma parte de nuestro programa de Gobierno, responde a convicciones y principios democráticos previstos en nuestro ordenamiento, el que se inspira en nuestra Carta Constitucional, normas del Derecho Internacional de los Derechos Humanos y el Convenio 169 de la OIT, así como en recomendaciones de Organismo Internacionales.
2.- En consonancia con estas reformas legales en curso, el Gobierno considera que, lo que en derecho corresponde, es no perseverar en las querellas terroristas presentadas en su oportunidad bajo la Presidencia de doña Michelle Bachelet. Ello por cuanto bajo este nuevo marco normativo promovido, el Gobierno no tiene convicción que los hechos por los cuales se ha imputado a los denominados “Comuneros mapuches” puedan seguir siendo calificados como conductas terroristas. Procederá así el Gobierno a desistirse de todas las querellas por delitos terroristas y replantear tales acciones bajo las normas del Derecho Penal común. Para este efecto y conocimiento del proceso y sus partes se realizará una presentación en el Tribunal correspondiente en el curso de los próximos 5 días hábiles. Todo ellos tomando en consideración que esta decisión ha sido adoptada desde la perspectiva del Poder Ejecutivo, por razones de Estado y de Bien Común.
3.- El Gobierno continuará impulsando en el Congreso Nacional, las reformas al Código de Justicia Militar , para que los civiles sean juzgados por los tribunales Ordinarios, evitando así un doble juzgamiento , adecuándola al principio del debido proceso contemplado en la Constitución Política de estado.
4.- En relación a otros planteamientos realizados por los representantes de los Comuneros Mapuches y para el seguimiento y cumplimiento de este acuerdo, los firmantes convienen volver a reunirse con Mons. Ricardo Ezzati, quien reforzará su apoyo y compromiso para gestionar acciones con diferentes autoridades y entidades con el propósito de seguir avanzando en la búsqueda de soluciones a diversos temas que preocupan a la causa mapuche.
5.- Hace algunas horas comunicamos esta resolución a los representantes de los comuneros en huelga de hambre, individualizados en nómina adjunta, quienes nos han señalado la decisión de sus representados de deponer y concluir la huelga en forma inmediata. El Gobierno se ocupará, a través del Ministerio de Salud, de brindar apoyo médico y atender a los huelguistas, mediante las prestaciones profesionales que conduzcan al más pronto restablecimiento de su salud. Adicionalmente, hacemos un reconocimiento recíproco al compromiso y preocupación que han manifestado los Comuneros y el Gobierno del Presidente Sebastián Piñera para resolver este conflicto, con el rol facilitador de la Iglesia Católica. Las partes confían en que este sea el inicio de una relación apropiada en el marco de la cual se fundará un nuevo trato con el Pueblo Mapuche.
Firman
Gladis María Huenuman Liecura
Claudio Alvarado, Subsecretario General de la Presidencia
Natividad Llanquileo Pilquiman
Monseñor Ricardo Ezzati A, Arzobispo de Concepción
Fuente: Comunicaciones Concepción – Iglesia.cl