Cientos de personas se congregaron la tarde del 16 de agosto en la capilla del Colegio El Patrocinio de San José para despedir al P. Octavio Vío, fallecido en la madrugada del domingo recién pasado. Salesianos de diversas comunidades de Santiago, junto al Obispo Emérito de Punta Arenbas, mons. Tomás González, concelebraron en la Misa de Exequias presidida por el P. Inspector Leonardo Santibáñez.
La Asamblea estuvo integrada por varios antiguos alumnos salesianos, que conocieron al P. Octavio en los largos años en que sirvió en diversas Casas Salesianas. También Hijas de María Auxiliadora, encabezadas por la Provincial Sor Aurelia Rossi; miembros de los diversos grupos de la Familia Salesiana; alumnos del Patrocinio de San José y familiares del P. Octavio, entre ellos, una hermana, hermanos y sobrinos.
Una gran gigantografía con el rostro del P. Octavio fue ubicada a un costado del presbiterio, en el mismo lugar donde el coro, guiado por el profesor Roberto Aranda, entonó con fuerza y en tono festivo los cantos para despedir a un nuevo salesiano que retorna a la casa del Padre Dios.
En su homilía, el P. Inspector se refirió a la vida salesiana del P. Octavio. En un primer momento, recordó cuando lo conoció siendo alumno en La Cisterna, época en la que el P. Octavio ejercía el rol de Consejero Escolar, es decir, encargado de la disciplina. Al respecto, el Provincial destacó que aún la tarea que le tocaba asumir y con la cual se inició el servicio salesiano, el P. Octavio siempre se caracterizó por su carácter sumamente cercano con los jóvenes y demás salesianos.
El Provincial recordó que realizando su práctica salesiana en Iquique, se reencontró con el P. Octavio, cuando éste ejercía su segundo año de Director. De esta época -que el mismo P. Octavio catalogó como una de las más felices de su vida- el Inspector destacó su cercanía y la excelente relación con el resto de los salesianos de la comunidad.
El P. Leonardo también destacó al P. Octavio como un salesiano fiel a su vocación, que fue feliz en cada una de las obediencias que recibió, aún cuando algunas le reportaron grandes dificultades y sufrimientos. Al respecto, recordó que el P. Octavio fue el primer Vicario Inspectorial, tarea que asumió con igual obediencia, pero que no le fue fácil, porque le obligó dejar su querido Iquique y el trabajo en medio de los jóvenes.
Junto al pan y al vino, fueron presentados ante el altar una bandera, una estola y la figura de San José, signos, respectivamente, de la patria y la mesa para todos, del sacerdocio y del santo patrón que representan aspectos medulares en la vida del P. Octavio.
A nombre de los tantos antiguos alumnos, familiares y personas que conocieron y compartieron con el P. Octavio, Pablo Osorio dirigió un mensaje de agradecimiento a Dios, en el que destacó el legado feliz y profundo que este salesiano provocó en sus vidas. Ante la emoción del antiguo alumno, el mensaje fue concluido por Edmundo Veloz, coordinador de ambiente del PSJ.
Concluida la Misa, los restos del P. Octavio fueron llevados por sus hermanos salesianos hasta la entrada del templo, desde donde tomaron rumbo hasta el mausoleo salesiano del cementerio católico.