En cada recreo, cuando la biblioteca “Domingo Savio” de la Escuela Industrial Salesiana San Ramón de La Serena se llena de alumnos solicitando libros, un cupo para utilizar los computadores o sólo buscan un espacio para aprender las últimas formulas antes de una prueba, un grupo de alumnos cooperan con estas labores, son los Biblioayudas que asisten desinteresadamente con las distintas actividades dentro del Centro de Recursos del Aprendizaje, CRA.
“Antes no existían los Biblioayudas. Esta idea nació en 2003, cuando nos cambiamos a este sector de la Escuela, pero siempre hubo alumnos que se ofrecían a colaborar por su cuenta, y así surgió. Quisimos hacerlo más formal y se les colocó este nombre, se les dio una credencial, y se decidió llevar un registro de su asistencia”, explica Uberlinda Ledezma, encargada del CRA.
Esta iniciativa se ha mantenido en el tiempo porque siempre hay voluntarios dispuestos a formar parte de los Biblioayudas. “Nosotros los aceptamos porque ellos quieren y están entusiasmados, y su aporte se valora mucho porque es desinteresado”, cuenta Uberlinda. Además, se han establecido tareas que deben realizar durante cada recreo. “Ellos apoyan en la custodia, ayudan a ordenar estanterías y la sala cuando el resto se va. También asignan y supervisan el correcto uso de los computadores y anotan las observaciones en un cuaderno especial para ello”.
Todo trabajo tiene una recompensa, aunque éste sea desinteresado. “Cada recreo se lleva un registro de los alumnos que cooperan como Biblioayudas, la hora que entran y en qué ayudan porque a finales de semestre la Coordinadora Pedagógica del CRA, Profesora María Díaz, les coloca una anotación positiva en su respectivo libro de clases”, comenta la encargada.
También se realizan reuniones periódicas para conocer las opiniones de los Biblioayuda, cómo ha sido su trabajo, si les gusta o no, que cambiarían, si siguen en esta labor o, por razones personales, no pueden continuar, todo con el fin de obtener retroalimentación y mejorar el servicio dentro de la CRA. Además, para la fecha de sus cumpleaños son saludados y se les entrega un pequeño presente, “para que se sientan considerados y como forma de agradecerles su aporte”, explica Uberlinda Ledezma.
BIBLIOAYUDA EN ACCIÓN
Siempre dispuestos a ayudar y pendientes de lo que sucede dentro de la Biblioteca, los minutos de recreo parecen pocos para todas las funciones que deben realizar este organizado grupo de alumnos voluntarios.
Kevin Burrows es alumno de primero medio y explica cómo se incorporaron al grupo de trabajo de este año. “Yo le pregunté a la maestra Uberlinda si podía ayudar y ella me dijo que sí, y luego se sumó el resto”.
Bastián Vargas, estudiante de segundo medio, sólo este año se integró como Biblioayuda y su motivo fue simple, pero consciente. “No tenía nada que hacer durante los recreos y pensé que debía hacer algo útil, por eso me ofrecí a ser Biblioayuda”, y agrega feliz: “me he hecho muy amigo de mis demás compañeros”.
“A veces somos tres o dos, depende de qué actividades tengamos como alumnos, pero siempre tratamos de venir”, explica Kevin Burrows, y añade: “hay ocasiones en que pasamos malos ratos porque nos pasan a llevar, pero la mayoría de las veces los alumnos nos respetan y respetan las normas de la CRA. Los estudiantes más grandes o que fueron antes Biblioayudas también nos cooperan y están pendientes de apoyarnos”.
Al preguntarles si seguirán el próximo año, la respuesta afirmativa suena a coro y es que se notan felices y motivados, pues saben que realizan un aporte para que su Escuela crezca cada día.