Salesianos de todas las comunidades del país, principalmente de Santiago, Valparaíso y Catemu, participaron en la celebración Eucarística que el Vicario del Rector Mayor, P. Adriano Bregolín, presidió el lunes 3 de mayo en el templo María Auxiliadora de Lo Cañas. Este martes, la agenda contempla la celebración de la Eucaristía con las Hijas de María Auxiliadora a primera hora de la mañana, una reunión con el Consejo Inspectorial y breves visitas a algunas comunidades.
En la mañana del lunes, segundo día de visita de animación a la Inspectoría de Chile, el P. Bregolín sostuvo un encuentro con los Directores de las Presencias Salesianas del país, instancia en la dialogó sobre temas particulares de la Congregación y respondió consultas. Al inicio de este momento, el P. Bregolín destacó a la Inspectoría de Chile en el concierto latinoamericano y nombró algunos salesianos que han destacado en su servicio a la Iglesia, como es el caso del Cardenal Raúl Silva; y a la Congregación, como el P. Egidio Viganó, Sucesor de Don Bosco, y los padres Sergio Cuevas, José Noculussi y Natale Vitali, en el Consejo General.
CASAS DE FORMACIÓN
Durante la tarde, el P. Bregolín atendió a algunos salesianos en entrevistas personales y luego sostuvo un encuentro con los salesianos de las casas de formación de Lo Cañas. Al inicio de este encuentro, cada uno de los Directores presentó al Vicario el Equipo Formativo y los hermanos en formación que la componen. Luego de ello, el P. Adriano compartió su servicio en algunos de los frentes de misión que anima: Familia Salesiana, Encargado de la Disciplina Religiosa y Responsable de los hermanos de la Congregación.
El P. Bregolín enfatizó sobre las líneas programativas que junto al Rector Mayor y su Consejo se han propuesto para el sexenio 2009-2014: la concientización cada vez más clara de la profundidad espiritual de la Congregación, porque “antes que todo, el salesiano es un consagrado a Dios”, señaló; y la nítida referencia a Don Bosco en el contexto de los 200 años de su natalicio.
Al cierre del encuentro, el P. Adriano respondió algunas preguntas formuladas por los salesianos en formación inicial, entre las que destacaron la realidad numérica de hermanos y sus proyecciones, y la necesidad cada vez más urgente de la Familia Salesiana de trabajar como un vasto movimiento.
EUCARISTÍA EN LO CAÑAS
La celebración de la Eucaristía en Lo Cañas fue concelebrada por el P. Inspector Leonardo Santibáñez y demás miembros del Consejo Inspectorial. Estuvieron presentes los representantes de los grupos de la Familia Salesiana: Sergio Suazo, de los Salesianos Cooperadores; Sor Aurelia Rossi, Provincial de las Hijas de María Auxiliadora; Jaime Fuster, de los Antiguos Alumnos Salesianos; Ricardo Ortiz, de la Asociación de María Auxiliadora; Julia Muñoz, de las Exalumnas y Ximena Palma de las Voluntarias de Don Bosco; se hizo presente también el Rector de la Universidad Católica Silva Henríquez, Francisco Javier Gil.
Al iniciar sus palabras, el P. Bregolín transmitió a la Familia Salesiana el saludo cariñoso del Rector Mayor, P. Pascual Chávez; destacó la presencia de Sor Aurelia Rossi, con quien ha podido trabajar en el Consejo General y animó seguir trabajando por quienes han sufrido y están sufriendo las consecuencias del terremoto.
“No existe amor verdadero sin sufrimiento”
El hilo conductor del mensaje del Vicario del Rector Mayor en la homilía estuvo inspirado en la Exaltación de la Cruz, celebración de la liturgia cotidiana. Indicó que “cuando nuestra vida se va desarrollando, experimentamos muchas veces que el Señor permite sufrimientos”, por tanto, “no existe amor verdadero sin sufrimiento”. Recordó una breve carta de un hermano salesiano fallecido que señalaba que “la bandera del amor es el sufrimiento”, todo lo cual reafirma que “cuando se ama verdaderamente, hay que sufrir”. Mencionó el ejemplo de los papás y mamás que ayudan a sus hijos a crecer. “Pienso también en los Directores que hay aquí, para hacer una comunidad unida, bien formada, también hay que sufrir”, agregó. Sumó además como ejemplo el trabajo con los jóvenes.
El P. Bregolín explicó que existen tres pasiones, que también pueden entenderse como amores y sufrimientos. Refiriéndose al primero, el amor a Dios, mencionó que el testimonio debe cuestionar a los jóvenes a que se pregunten cómo es posible amar al Señor. “Yo pienso que la meta de nuestro camino religioso es suscitar preguntas. Cómo es posible que un hombre, una mujer ame tanto al Señor. Si somos hombres y mujeres de Dios, vivimos con una pasión (amor) grande para Dios”. Explicó también que la segunda gran pasión es para la Iglesia, que es rosto de Cristo. “Hay que amar a la Iglesia…que es María, el Pueblo de Dios que ama en su sencillez, en su trabajo, en su familia”. Manifestó además que amar a la Iglesia es amar a la comunidad concreta en la que se está inserto. Finalmente, indicó que la tercera gran pasión es al mundo. “Muchas veces en el pasado, una teología no perfecta hablaba del mundo como una cosa fea…mas el mundo es el objeto del amor de Cristo. La pasión por el mundo es la pasión por la salvación de todos los hombres”.
El Vicario del Rector mayor concluyó su homilía señalando que “para ser una Familia Salesiana fuerte y convencida, debemos abrazar la cruz”.
Esfuerzos de la Inspectoría
En el momento de la presentación de los dones, fueron llevados al altar tres esfuerzos de la Inspectoría: el primero, todo lo realizado y que se está realizando como Familia Salesiana para superar los efectos del terremoto, lo cual fue representado por la Operación Buen Samaritano ejecutada por la Universidad Católica Silva Henríquez. El segundo esfuerzo presentado fue la creciente participación en la Misión Continental. Finalmente, fueron llevadas las cartas de la Comunión y de la Misión y de la Familia Salesiana, que simbolizan el esfuerzo de renovar la fidelidad a Don Bosco.