
En esa línea, monseñor Ezzati destaca que en torno a este caso la imagen no es lo importante, sino “la realidad de una niña que vivió su vida cristiana a partir del encuentro con Jesús, de manera heroica, sintiendo que su vida tenía sentido de salvación para su propia madre”. Eso es el testimonio que debe prevalecer, destaca el Arzobispo de Concepción, más allá de las fotografías o retratos que existan de ella.
Asimismo, concluyó que el proceso de canonización de la beata Laura Vicuña sigue en marcha, y que la celeridad con que evolucione dependerá “de los milagros que Laura Vicuña haga en favor de las personas que lo necesiten”.
Fuente: DOP Santiago