Actividades de verano del programa “Abriendo Caminos” de la Fundación Don Bosco

0902_01.jpgDurante el martes 20 de enero, un grupo de 11 niños entre 4 y 8 años de edad pertenecientes al programa “Abriendo Caminos” de Conchalí sur que lleva a cabo la Fundación Don Bosco- Vida Compartida, visitó la Escuela Agrícola Salesiana de Catemu, donde pudieron conocer e interactuar con animales de la granja educativa, conocer los procesos que transforman la uva en vino de calidad, disfrutar de un buen almuerzo preparado en el lugar por el chef del colegio y recorrer las distintas secciones de manejo de la escuela agrícola.

Galería de imágenes

El paseo fue programado por el equipo de profesionales de la Fundación: la profesora Carolina Fuentes, los educadores Carla Ángel y Carlos Vergara, y el salesiano Juan Gatica, con el fin de lograr que los niños pudiesen conocer y tener un espacio de recreación en contacto con el medio ambiente, y al mismo tiempo la experiencia de compartir entre ellos, generar espacios educativos en contacto con otros y desarrollar habilidades sociales, en complementación con el trabajo realizado en las visitas a sus hogares y la participación en los talleres educativos y recreativos.

Luego,  entre los días 26 y 27 de enero el equipo de Conchalí Sur, al que se unió Mariela Guaiquiante, madre de una de las niñas pertenecientes al programa” Abriendo Caminos”, realizó un paseo a La Hermita, casa perteneciente a la presencia del Oratorio Don Bosco, en el km 13 camino a Farellones. En él participaron 15 niños y niñas entre 9 y 14 años, con el objetivo de potenciar y favorecer habilidades sociales en ellos en un contexto recreativo y de contacto con el medio ambiente.

La actividad fue evaluada favorablemente por los participantes, ya que se dio tiempo para el compartir en la piscina,  talleres de pantomima y papel maché, espacios recreativos y de competencias, la preparación de las comidas, reflexión por medio de la película “Los Coristas” y un momento especial donde se dieron las gracias por las actitudes positivas que pudieron descubrir en los otros durante el día de compartir. 

El equipo organizador dio gracias a Dios por este espacio educativo y de compartir junto a los niños y niñas del programa, porque con actividades como estas se comprueba que es posible encarnar el carisma salesiano en el trabajo junto a ellos, valorando lo mejor que tiene cada uno, dando pasos de crecimiento y desarrollo humano-espiritual.