Durante su homilía, Monseñor Vargas, recordó a los presentes que de los 200 años de nuestro país, los salesianos de Don Bosco han estado 130 años acompañando la educación y la formación de los jóvenes chilenos. Por eso es importante que elevemos nuestra oración para dar gracias por los bienes recibidos y pidiendo por esta patria, soñada por San Juan Bosco, para que en ella exista paz, trabajo y prosperidad.”
En la celebración, se bendijo la Imagen de la Virgen del Carmen, recientemente adquirida por la obra, y que acompañará las celebraciones por el Bicentenario durante este año.
Previo a la Liturgia Eucarística, un grupo de jóvenes de las Comunidades Apostólicas Salesianas (CAS) presentaron ante el altar, tres signos que representan los frutos que ha entregado la Congregación al servicio de la Iglesia, a lo largo de sus 150 años de vida.
De esta manera se ofrendó un cuadro de Miguel Rúa, amigo y discípulo de Don Bosco; imágenes de Laura Vicuña y Ceferino Namuncurá, hijos predilectos de la obra en América Latina, y de los santos Luis Versiglia y Calisto Caravario, misioneros salesianos y mártires de la iglesia. Luego de ello, un matrimonio de los Salesianos Cooperadores llevó las ofrendas de pan y vino. Hacia el final de la eucaristía, el Padre Rodrigo Vargas entregó al Obispo de Arica, un recuerdo a nombre de la CEP penquista, como una forma de agradecer su visita a la presencia.
Posteriormente, el P. Juan Ángel Ibáñez, tuvo unas palabras de despedida para el P. Rodrigo, quien deja la ciudad para continuar su tarea de pastor en Punta Arenas. Visiblemente emocionado por las muestras de afecto espontáneas que brotaron de los fieles, el P. Vargas agradeció a todos aquellos que lo acompañaron en su paso por la capital penquista, asegurando que en cada eucaristía y oración, les tendrá presente.
La celebración culminó en el sector de la Virgen del Patio, donde se efectuó un espectáculo de malabarismo y se repartieron helados entre los presentes.