La ceremonia fue presidida por el Arzobispo de Concepción, Monseñor Ricardo Ezzati, y concelebrada por el P. Vicario Vicente Soccorso, y salesianos de las presencias de Santiago y de provincia. La animación constante de la Eucaristía estuvo a cargo del P. Hugo Strahsburger, Director de esa presencia de La Cisterna.
El P. Inspector Leonardo Santibáñez no pudo estar presente, por cuanto se encontraba en Argentina, acompañando al Rector Mayor y a los salesianos de ese país, en la celebración de la Fiesta de San Juan Bosco, y en la puesta en marcha de las dos nuevas Inspectorías argentinas que reemplazarán a las cinco existentes hasta el momento.
Al Templo llegaron representantes de todos los grupos de la Familia Salesiana- Salesianos, Hijas de María Auxiliadora, Salesianos Cooperadores, Antiguos Alumnos, Ex Alumnas, ADMA, Voluntarias de Don Bosco, Damas Salesianas y Hogares Don Bosco- quienes siguieron con mucho entusiasmo todos los signos de la celebración, como por ejemplo ofrecer a la Auxiliadora una bandera chilena, símbolo de la entrega de la Congregación durante este año del Bicentenario Nacional.
Homilía:
Monseñor Ezzati reflexionó en su homilía sobre la Familia Salesiana y su unión en un día tan significativo como la Solemnidad del Fundador: “¡Qué bueno que los hermanos se encuentren! ¿Qué bueno compartir el gozo de ser herederos de un padre sabio, a quien Dios regaló un corazón ancho como la playa del mar!” comenzó diciendo el prelado. Luego agregó: “Herederos del carisma que nos ha transmitido nuestro fundador, cuando acabamos de conmemorar los 150 años de fundación de la Congregación Salesiana, sentimos la necesidad de dar gracias al Padre, porque ‘la semilla ha llegado a ser un árbol y el árbol se ha hecho bosque’”.
Luego, el Arzobispo Ezzati llevó a los presentes a reflexionar sobre las palabras del Rector Mayor: “Queremos ver a Jesús” y “Discípulos auténticos y apóstoles apasionados”. Señaló Monseñor Ezzati: “Discernir de entre las muchas aspiraciones de la juventud de hoy el verdadero deseo de “ver a Jesús”, es para nosotros, miembros de la Familia Salesiana, motivo si no único, a lo menos fundamental, para llegar a ser verdaderos discípulos de Cristo. Si Nosotros no lo hiciéramos- continuó El prelado- ¿quién presentará a Jesús los sueños y necesidades de los jóvenes?, ¿quién hará ver Jesús a los jóvenes?. Aquí está la misión de los discípulos de Don Bosco”.
Más adelante Monseñor Ezzati se preguntó: “ ¿Qué es lo que nosotros seguidores de Don Bosco decimos de Jesús a los jóvenes con nuestras vidas?, ¿Cuál es la imagen que proyectamos de Él en la experiencia cotidiana?, ¿somos auténticos y apasionados discípulos y misioneros de Jesús, llamados a hacer de nuestras obras, de nuestra vida personal, espacios de anuncio explícito del Evangelio, principalmente a los jóvenes más alejados del Señor, como lo han hecho Don Bosco, Don Rúa y tantos y tantos hermanos nuestros que nos han precedido?”.
Finalmente, el Arzobispo recordó las palabras alentadoras del Santo Padre Benedicto XVI, en la oración del Ángelus del mismo día, celebrando la festividad de San Juan Bosco y el año sacerdotal. Dijo el Papa en su oración: “Quisiera invocar la intercesión de San Juan Bosco, para que los sacerdotes sean siempre educadores y padres de los jóvenes, y para que, muchos jóvenes acojan la llamada a dar la vida por Cristo y por el Evangelio. Que María Auxiliadora, siguió el Santo Padre, modelo de caridad, nos alcance todas estas gracias”.
Luego de terminada la Eucaristía, los presentes pasaron a uno de los patios interiores, a un momento de compartir fraterno.