Dos centros de Colonias organizó y animó el Colegio Oratorio Don Bosco durante el verano: el primero en la casa de retiro La Ermita, ubicada camino a Farellones, donde fueron atendidos los niños de la Escuela Especial “Paul Harris”; el segundo en el Colegio Carlos Prat, donde fueron atendidos niños de la Pincoya, comuna de Recoleta.
Las actividades en La Ermita se realizaron desde el 14 al 18 de diciembre. Esta Colonia se realizó en el contexto del proyecto “Asumiendo la diversidad al interior de la escuela” implementado desde 2004 en el ODB.
Los organizadores cuentan que los alumnos salesianos valoraron mucho la experiencia, logrando conformar una comunidad entre todos los participantes. Asimismo, el grupo de profesores que colaboró se mostró muy satisfecho con los diversos temas y actividades realizadas.
“La experiencia vivida da cuenta de la real posibilidad de integración no como un acoger al joven que la cultura ha llamado ‘desvalido’, sino más bien, una valoración de la diversidad ya presente en nuestro medio como posibilidad de enriquecimiento. Los jóvenes salesianos avanzaron desde una actitud empática con los jóvenes del colegio Paul Harris, a un encuentro de reconocimiento del ‘otro’ que implicó asumirlo como un par con el cual se generan lazos de retroalimentación”, indicó el Secretario de Pastoral del ODB, Patricio Concha.
CENTRO DE LA PINCOYA
Más de 100 niños fueron atendidos en el centro de Colonias realizado en el Colegio Carlos Prat, desde el 3 al 9 de enero. Animaron 42 jóvenes, encabezados por los salesianos Rafael Muñoz y David Rivera, y el Secretario de Pastoral Patricio Concha. Colaboraron también mamás de EME, quienes prepararon cada día la cena para los monitores. El desayuno, almuerzo y once fue otorgado por la JUNAEB.
La gran mayoría de los niños atendidos fueron los que durante el segundo semestre de 2009 participaron en el Oratorio Festivo, también organizado por el ODB. En cuanto a los monitores, más de 30 son alumnos de primero a cuarto medio, seis son antiguos alumnos y una decena son jóvenes que a través del año participaron en comunidades de vida, provenientes de distintos establecimientos educacionales.
Los 42 monitores, organizados por equipos de trabajo, desempeñaron cada uno una función específica, lo que, a juicio de los organizadores, permitió que el grupo sintiera y operara como familia. Por su parte, el Equipo de Coordinación veló para el cumplimiento de lo planificado; el Equipo de Servicio en mantener la limpieza y orden de los espacios, como también de entregar material didáctico a los monitores; y el Equipo de Animación se preocupó de mantener el ánimo siempre alto de niños y monitores.
Una de las actividades finales fue el paseo a la piscina del refugio de La Ermita, ubicada camino a Farellones. Además, antiguos monitores se dieron el tiempo para saludar a las “nuevas generaciones”.
TESTIMONIOS
Matías de 13 años: “estoy escribiendo una carta a Jesús y no sé cómo escribirla”. Al consultarle por sus “tíos” de la Colonia indicó: veo trabajo, dedicación cariño, me hacen sentir feliz. Y por Jesús… mucho más!, Él ayuda a mi familia, a mi papá, a mi mamá y a mis dos hermanos.