“En el día de hoy, 16 mil salesianos extendidos en 131 países del mundo entero están renovando su profesión religiosa, recordando la tarde de hace 150 años atrás cuando 18 jóvenes reunidos en la habitación de Don Bosco en Valdocco decidieron quedarse con él para siempre al servicio de los jóvenes y para eso consagraron sus vidas al Señor en la Vida Religiosa”.
De esta manera, el P. Inspector de la Congregación Salesiana en Chile, Leonardo Santibáñez, comenzó su homilía en la Eucaristía de los 150 años de la Fundación de la Congregación, que en Santiago se celebró en el Colegio El Patrocinio de San José, reuniendo a los miembros de las comunidades educativas y de la Familia Salesiana de la Capital.
Los actos de celebración comenzaron primero en el gimnasio del establecimiento, donde una banda musical del Patrocinio, junto a voces de alumnos y apoderados de otras presencias salesianas y de las Hijas de María Auxiliadora, bajo la conducción del profesor Roberto Aranda, interpretaron trozos de la cantata a Don Bosco. De esta manera, los asistentes pudieron recrear partes tan importantes de la Vida del Padre y Maestro de la Juventud, como los consejos de mamá Margarita, el sueño de los 9 años, y su veneración a la Madre Auxiliadora.
Luego de esta introducción, todos partieron en procesión hacia la capilla del Colegio, siguiendo una imagen de Don Bosco, recordando el momento tan importante vivido por nuestro país, cuando fue visitado por las reliquias del Santo, como inicio de una peregrinación por el mundo.
La Eucaristía fue presidida por el P. Inspector, y concelebrada por Monseñor Tomás González, Obispo Emérito de Punta Arenas, y concelebrada por más de 50 salesianos de todas las presencias de Santiago. Cabe destacar la presencia de la totalidad de los salesianos de la Casa Rinaldi, hermanos mayores de la Congregación, por cuyo testimonio el P. Inspector agradeció a Dios en el momento de la Oración Universal.
La Eucaristía estuvo llena de gestos, como la lectura del acta histórica de lo que ocurrió ese día 18 de diciembre de 1859 en la habitación de Don Bosco en Turín, redactada por don Victorio Alasonatti, y que en este caso correspondió leer al P. Vicario Vicente Soccorso.
Y siguiendo con el acto que todos los salesianos del mundo realizaron ese mismo día, cada uno de ellos renovó su profesión y promesa de fidelidad. Cada Director firmó un acta, la que luego sería firmada en sus respectivas presencias por los demás hermanos integrantes de las comunidades. El resto de la Familia Salesiana también se comprometió a conformar un vasto movimiento de personas, para la salvación de los jóvenes.
Homilía
En su homilía, el P. Inspector reflexionó sobre el significado profundo de la Consagración religiosa salesiana: “quienes profesamos en la Congregación Salesiana, queremos proclamar en primer lugar que sólo Dios basta para llenar nuestras vidas y dedicarnos por entero a los demás. Dios nos ha seducido y nosotros nos hemos dejado seducir por Él que es el bien absoluto, Él nos ha deslumbrado como a los apóstoles en la Transfiguración y nunca más hemos querido dejarlo”, señaló.
Luego, el P. Leonardo destacó que esto es un don divino, porque es Dios quien los ha escogido, es un regalo del Señor. Agregó que esta consagración la viven los salesianos en comunidad, y al servicio de los jóvenes más pobres y necesitados, pero que en este camino a veces constatan su debilidad, que entre comodidades y búsquedas del propio yo, pierden el entusiasmo en vez de centrarse en el Señor, única razón de su vida.
Finalmente, el P. Santibáñez recordó que el Rector Mayor ha llamado a la Familia Salesiana a vivir el año 2010 reforzando su condición de discípulos fieles de Jesús, y como Don Rúa, primer sucesor de Don Bosco, redescubrir la importancia y el espíritu de Don Bosco, repasando el Proyecto personal de Vida y poder, realmente, evangelizar a los jóvenes para ser auténticos “Don Bosco” hoy.
Al final de la Eucaristía, los presentes tuvieron un momento de compartir fraternalmente, donde se le cantó el “Cumpleaños Feliz” a la Congregación.