Erick Oñate: “Es Jesús el festejado, Él llama, Él consagra, Él envía”

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Por segunda vez en sus 90 años de historia, la presencia salesiana de Puerto Natales es testigo y protagonista de una ordenación sacerdotal. Erick Oñate Jorquera, segundo de 5 hijos de Enrique y Corina, oriundo de la ciudad de Talca y antiguo alumno de esa misma presencia, recibió el sábado 24 de octubre la orden sacerdotal por imposición de manos del Obispo de Punta Arenas, Mons. Bernardo Bastres Florence.

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La primera ordenación en la ciudad, perteneciente a la provincia de Última Esperanza, fue en 1986, con el P. Jorge Iturriaga, sin embargo, por estar celebrando los 150 años de la Congregación, 90 de esta presencia y haber recibido en julio pasado la visita de las reliquias de Don Bosco, esta ordenación en las australes tierras soñadas por el Padre y Maestro, tiene una connotación especial.

2510_02.jpgLo acompañaron sus hermanos salesianos de presencias de Porvenir, Punta Arenas, Talca y Santiago, encabezados por el P. Inspector Leonardo Santibáñez. Entre los presentes estaban también las autoridades civiles y de orden de la ciudad.

El templo lucía completamente lleno de luz y no importó la lluvia de agua-nieve que cayó momentos antes sobre la ciudad, el calor lo dio el cariño manifestado por aquellos que llegaron a acompañar al nuevo sacerdote.

A solicitud del propio Erick, su familia tuvo una activa participación: su hermana mayor Carola, leyó su biografía, su hermana Tamara la segunda Lectura. Su mamá le sacó la estola diaconal, mientras su papá le impuso la sacerdotal. La casulla le fue impuesta por el P. Inspector quien lo acompañó en ciertos momentos de su formación.

Palabras de Mons. Bastres:

2510_03.jpgEn su homilía, el Obispo Bastres se refirió a la figura del Buen Pastor, favorita de Don Bosco y presente en el salmo. Mons. Bastres recordó que “Don Bosco aprendió de la figura del Buen Pastor que el éxito de su educación, radica en la mansedumbre y la caridad. El amor todo lo puede- dijo- y al igual que el Pastor es manso, humilde, bondadoso, sencillo; coloca su fuerza en tratar de amar y servir a todos por igual, evitando las simpatías o antipatías humanas que pueden alejar a los jóvenes del educador y de la fe”.

Y en relación al lema sacerdotal del nuevo sacerdote, “Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es Amor”, el Obispo le insistió: “Querido Erick, tu vida sacerdotal deberá ser signo y testimonio del amor de Dios por la humanidad, ya que tu eres el primero, que has experimentado y vivido esta gran verdad y certeza de nuestra fe.

Con un especial dedicación, ya que es el primer salesiano ordenado por imposición de sus manos, el Obispo Bastres le dijo: “Si me permites, querido Erick, me gustaría señalarte algunos rasgos del Sacerdocio, que hoy son más necesarios desarrollar para el bien del Pueblo y de los jóvenes, a fin de ayudarlos a encontrarse con el Señor y su Evangelio: que seamos un sacerdote presente, un pastor 

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que acoge, que acompaña, que ora y que entiende el sacerdocio como una manera de vivir.

El Obispo señaló que el Pueblo de Dios quiere a su pastor presente en su vida.  Presente en las fiestas y en los días tristes, presente sin apuros, sin afán de protagonismo, con humildad, con amor de gratuidad. “El sacerdote no necesita hablar mucho, necesita estar, como el Señor. Ser como el faro silencioso que con su iluminar ayuda a tantos a encontrar el camino de salvación” dijo.

“Querido Erick – finalizó Mons. Bastres – a pesar de estar en Última Esperanza, la presencia numerosa de tus hermanos salesianos, que han venido de diferentes partes del país, te hace constatar una de las realidades más hermosas de pertenecer a la Congregación Salesiana. Vivirás tu sacerdocio en comunión con ellos y juntos crecerán en el espíritu de familia al servicio de la Iglesia en los jóvenes y en los pobres.

2510_05.jpgEn el momento en que el Obispo de Punta Arenas y sus hermanos de Congregación imponían las manos sobre Erick, la Orquesta Sinfónica del Liceo Salesiano Monseñor Fagnano tocaba los sones de “Sacerdote Siempre” de la Cantata a Don Bosco, que recuerda las palabras de Mamá Margarita:

“Sacerdote siempre tú debes ser,
tú debes ser, trigo molido por amor”

Finalmente, el P. Erick agradeció a todos quienes lo acompañaron en este importante día, pero señaló que el don del sacerdocio no es mérito suyo. “No soy yo quien debe ser festejado, dijo, el festejado es Jesús. Él llama, Él consagra, Él envía”.