En la tarde del domingo 16 de agosto, la Familia Salesiana de Santiago se reunió en la capilla del Patrocinio de San José a celebrar un año más desde el nacimiento de San Juan Bosco, y a renovar la fidelidad a su carisma. Este año la fecha coincidió con un día domingo, y además con la celebración del cumpleaños de las CAS a nivel metropolitano, que también se realizó en el Patrocinio de San José, por lo que la capilla lucía completamente llena y la celebración fue muy participativa.
La Eucaristía fue presidida por el P. Inspector Leonardo Santibáñez, y concelebrada por el P. Obispo Tomás González, miembros del Consejo Inspectorial y salesianos de todas las presencias de Santiago. Participaron activamente miembros de los grupos que conforman la Familia Salesiana, particularmente en la entrega de los dones, lecturas y en la presentación de signos al comienzo de la celebración.
En su homilía, el P. Leonardo se refirió a la reciente visita de Don Bosco a nuestro país a través de sus Santas Reliquias. Comenzó relatando que cuando el procurador de las misiones en Turín visitó Chile en abril para empezar la preparación de la peregrinación, se vio con inquietud pasear una urna a través del mundo, siendo el nuestro el primer país: “creo que no considerábamos la religiosidad de nuestro pueblo sencillo que se conmueve frente a una imagen, desea tocarla, sentirla cercana y encomendarse al santo que representa”, dijo.
Luego destacó algunos aspectos del acontecimiento que movió a la Familia Salesiana del país durante los primeros días de julio: el trabajo unido y colaborativo de la Familia Salesiana, la recepción de la gente sencilla que rezó noches enteras al lado de la urna, la recepción de la Iglesia local a través de sus obispos
– comenzando por el Te Deum en la Catedral de Santiago- y el reconocimiento de las autoridades civiles de lo que significan las presencias salesianas a lo largo del país.
“Nuestros jóvenes pusieron la nota distintiva de alegría bulliciosa y juvenil que, aunque haya podido parecer a algunos como una falta de respeto, fue una legítima expresión del estilo salesiano”, agregó el P. Inspector. “También las bandas lisas e instrumentales dieron un marco de solemnidad muy especial a esta visita de Don Bosco en varias ciudades”, señaló.
El Provincial luego se preguntó: ¿realmente esta visita producirá en todos nosotros un reencantamiento con la persona y la santidad de Don Bosco?; ¿Viviremos en nuestras comunidades cada día el mismo espíritu fraterno manifestado y celebrado?; ¿Conseguiremos unirnos como familia en un trabajo mancomunado a favor de nuestros destinatarios prioritarios?; ¿Estaremos presente en “las nuevas fronteras”?; ¿Podremos llevar adelante las vocaciones que el Señor ciertamente suscitará en nuestras comunidades educativo pastorales?
Finalmente, y después de ahondar en la consigna 2009 del Rector Mayor que ha sido trabajada en lo que va del año, se refirió a la de 2010, que está pensada con ocasión del centenario de la muerte de Don Miguel Rúa e invita a la Familia Salesiana a actuar como un verdadero movimiento de discípulos y de apóstoles de Jesús, y a comprometerse en la evangelización de los jóvenes:
“Señor, queremos ver a Jesús”
A imitación de don Rúa
como discípulos auténticos y apóstoles apasionados
llevemos el Evangelio a los jóvenes.
El P. Santibáñez dejó la inquietud a los presentes agregando que “el compromiso evangelizador es el fruto y la consecuencia de la identidad del discípulo del Señor Jesús que, siguiéndolo, se convierte en su misionero apasionado. Así queremos asumir el desafío de ayudar a los jóvenes, ‘a mirar a los demás no sólo con los propios ojos y sentimientos, sino desde la perspectiva de Jesucristo’”.
La celebración del “Día de la Fidelidad” finalizó con un momento de encuentro fraterno en el gimnasio del colegio.
