Falleció el salesiano coadjutor Luis Gastón Bravo

1008_01.jpgEl domingo 9 de agosto se ha dormido en el Señor el coadjutor salesiano Sr. Luis Gastón Bravo Amaro, miembro desde 2000 de la comunidad salesiana Felipe Rinaldi. Le faltaban sólo algunos días para cumplir los 89 años de edad. Sus funerales se celebrarán este lunes 10 de agosto a las 14.00 hrs. en el templo de la parroquia María Auxiliadora de avenida Ricardo Cumming con Alameda. Se invita a participar a todos los miembros de la Familia Salesiana.

Luis Gastón nació el 16 de agosto de 1920 en Talca. Hijo de Luis Armando Bravo Román y de Josefina del Carmen Amaro Morales. Creció en un hogar sencillo, con las costumbres campesinas de esos años. Allí aprendió a conocer y respetar a su Señor y a cultivar una devoción a la Virgen María que le acompañó toda la vida.

Su familia se traslada a Santiago, donde conocerá a los salesianos en la Obra “Oratorio Don Bosco”, la misma que lo verá más adelante como profesor. Su enseñanza media la realizó en el liceo fiscal nº 15 de Santiago. El contacto con los salesianos de ese entonces lo llevará a plantearse la idea de consagrase a Dios para alcanzar la santificación personal y salvar a la juventud más pobre. Se encontraba en el Oratorio Don Bosco como profesor primario, enseñándoles a leer a tantos niños que se le confiaban. Entre esos niños, se encontraban dos que llegarían a ser también salesianos: P. Sergio Body y Mons. Tomás González, obispo emérito de Punta Arenas.

Ya mayor para le época, entra al noviciado de los salesianos en Jahuel (quinta región). Tenía casi 23 años de edad. Haciendo los esfuerzos necesarios para adaptarse a los novicios más jóvenes que él, se puso en manos de los superiores y formadores de ese entonces para descubrir realmente lo que Dios quería de él. Con el discernimiento necesario, llega a la convicción que puede ser un consagrado salesiano, pero no como sacerdote, sino como hermano coadjutor. Junto a otros 9 compañeros, hace sus primeros votos el 31 de enero de 1944. Uno de esos novicios, que perseverará hasta el final, era el P. Luis Mebold (ya fallecido) que llegará a ser el más grande artista y pintor que ha tenido la Inspectoría de Chile.

Después de la primera profesión, es enviado al Liceo Manuel Arriarán Barros, en La Cisterna, como profesor, sacristán y operador de cine. Este último oficio era muy importante para la vida del oratorio festivo de los fines de semana y para los estudiantes de Teología que allí se formaban. Allí estará hasta 1948.

Al año siguiente es enviado a Punta Arenas, al Instituto Don Bosco, como profesor, sacristán y organista, ya que había aprendido ese arte para servir mejor. En esa casa hará sus votos perpetuos el 31 de diciembre de 1949.

Su personalidad le ayudará a ser un profesor exigente y exitoso, ya que obtenía los resultados esperados. Lograba que más de 80 niños a su cargo en la sala de clases, mantuviesen la disciplina, aprendiesen a leer y adquiriesen los hábitos necesarios para seguir estudiando los cursos superiores.

En 1951, es trasladado a Puerto Natales como profesor y músico. Volverá al Instituto Don Bosco de Punta Arenas entre 1953 y 1955 como profesor y organista del Santuario de María Auxiliadora.

Entre 1956 y 1959, se encontrará en el Liceo San José, de la misma austral ciudad, como profesor de música y castellano y organista de la catedral.

En 1960, los superiores lo trasladan hacia el norte de Chile. Ese año estará en Valparaíso como ayudante del párroco de la época, P. Luciano Pignoni.

En 1961, nuevamente su disponibilidad le permite a los superiores darle la obediencia de ir a Lo Cañas – Santiago, Casa de Formación recién inaugurada, como ayudante del ecónomo.

Al año siguiente, en 1962, lo encontramos en la Escuela Industrial San Ramón, de La Serena, como encargado de la iglesia y asistente de los internos.

Entre 1963 y 1968, estará en la Casa Inspectorial de Santiago, como jefe de bodega de la Editorial Salesiana, coordinando la distribución del material impreso. Entre 1969 y 1973, será el portero de la misma casa. En 1974 y 1975 ejercerá como enfermero de la Casa de la Familia Salesiana de Lo Cañas.

En 1976 será enviado, sin tarea específica, a la Ex Escuela Agrícola de Pocochay, en la ciudad de Quillota, quinta región. Es interesante hacer notar que esa casa era del todo particular porque ya no había alumnos ni una estructura comunitaria muy regular, pero igual respetó la decisión de sus superiores de cuidar esa casa salesiana.

Entre 1977 y 1983 estará en la comunidad del Patrocinio de San José, en Santiago, como despensero. Al año siguiente y hasta 1999 estará en la Parroquia Santo Domingo Savio, en la Comuna de San Ramón de Santiago, como secretario del Párroco y donde se le verá en las eucaristías parroquiales distribuyendo respetuosamente la comunión.

En el año 2000 comienza su período en la Casa Beato Felipe Rinaldi, donde están los hermanos ancianos y enfermos de la Inspectoría. Allí, a los cuidados de los médicos, enfermeras y personal de servicio, encontró la tranquilidad para superar sus disfunciones múltiples. Su avanzada diabetes y otros males habían mermado fuertemente su físico y su memoria en estos últimos años.