En la plena intimidad de la casa de Villa Mornés, Don Bosco tuvo su encuentro con las Hijas de María Auxiliadora de más edad y aquellas que están delicadas de salud. Acompañadas de familiares y amigos, las religiosas recibieron la urna y le dieron la bienvenida en las puertas de la comunidad, con cantos y bailes, globos y pañuelos blancos.
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Especial emoción se vivió en el momento en que Don Bosco entró a la comunidad, y sus hijas religiosas más ancianitas lo recibieron con el cariño y la devoción de Padre y Maestro. Lo que siguió fue el compartir de cerca con él, y como dijo su directora, Sor María Isabel Jofré: “te tenemos, te miramos y quisiéramos que no te fueras nunca”.
Pasadas las seis de la tarde, Don Bosco debía dejar Villa Mornés para tomar rumbo al Templo Don Bosco de Gran Avenida, donde lo esperaba toda la comunidad educativo pastoral de Salesianos
En un escenario dispuesto especialmente para la ocasión, en las puertas del Templo, lo recibió el P. Inspector Leonardo Santibáñez, la comunidad religiosa de
El P. Inspector, dio la bienvenida a Don Bosco, “como Inspector, cisternino y ex alumno de este colegio”, al tiempo que recordó que este templo se construyó gracias al esfuerzo del entonces Padre Raúl Silva Henríquez, luego Cardenal Arzobispo de Santiago.
En la ceremonia, basada en los sueños de Don Bosco, especialmente el sueño misionero representado por alumnos, el P. Inspector resaltó que la historia de esta comuna de
El P. Santibáñez resaltó las figuras de los Padres Silva Henríquez, Antonio Doná y Guillermo Monckeberg, que realizaron su misión desde esta presencia.
Durante la mañana del jueves 2, los alumnos del Liceo Arriarán Barros y las alumnas del Liceo Laura Vicuña de las Hijas de María Auxiliadora, pudieron compartir su bienvenida a Don Bosco.