Este martes 9 de junio se realizó una ceremonia de conmemoración por los 10 años del fallecimiento del Cardenal Raúl Silva Henríquez. Durante la ceremonia se efectuó el lanzamiento de un libro con intervenciones de este pastor salesiano.
La actividad se realizó en el Salón Arzobispal de
Esta conmemoración fue organizada por
El libro lanzado recuerda la intervención de este recordado pastor en distintos momentos de crisis y cómo su mensaje ofrece luces y estímulos frente a la crisis actual. El texto se titula: “Educar para la justicia y la paz. Desafíos del Bicentenario” y fue comentado por el Rector de
El Rector Torres destacó tres principales aportes de la obra: una conferencia pronunciada por el Cardenal Silva con ocasión del Doctorado Honoris Causa que le otorgara en 1983
Asimismo, la autoridad académica recordó que este año
Por su parte, Eugenio Díaz destacó en su intervención que si bien el Cardenal es mayoritariamente recordado por su labor en defensa de los derechos humanos, existen muchas otras obras menos conocidas que evidencian su compromiso con la justicia y la paz. Es el caso de su apoyo a los trabajadores en la década del 70, cuando las empresas enfrentaban serias dificultades y el impulso dado a
El Presidente de
Moseñor Precht: “El Cardenal tuvo una osadía poco común”
Tras los comentarios de Sergio Torres y Eugenio Díaz, fue el turno de Monseñor Precht, Vicario General de Pastoral, amigo y colaborador del Cardenal, quien realizó recuerdos de Don Raúl, destacando su vocación salesiana, de abogado y principalmente de Pastor. “Hay una hermosa grabación de la vida del Cardenal en que él explica su vocación diciendo que le habría encantado tener una familia, pero que escuchó una voz interior que le decía, Raúl, hay tantos hijos que buscan un padre, yo te llamo a ti para que seas padre de todos esos hijos, y eso lo convenció de su vocación”, recordó.
Entre los muchos aspectos que quiso destacar, Monseñor Precht resaltó que el Cardenal Silva hizo suyo el espíritu del Concilio vaticano II y que “fue hombre siempre atento a la historia, a los signo de los tiempos, a lo que Dios va diciendo a través de la historia”.
Asimismo agregó que tenía una audacia evangélica muy poco vista y que lo llevó a confiar mucho en la gente. “Tuvo una confianza muy grande en los laicos y en los jóvenes y una osadía poco común para enfrentar creativamente los desafíos de los tiempos. Se atrevía y muchas veces sus colaboradores le decían, pero con qué va a hacerlo. No sé, decía, pero cuando las cosas son de Dios, Dios pone los medios”.
Tras la ceremonia, los asistentes concurrieron a la cripta de