P. Rafael Borges: “Debemos recuperar la dimensión laboral de la pedagogía salesiana”

2404_01.jpgDurante esta semana estuvo de visita en la Inspectoría el P. Rafael Andrés Borges Días, salesiano de origen venezolano miembro, desde hace un año, del Equipo del Dicasterio de la Pastoral Juvenil de la Congregación. En diálogo con OFISA entregó algunos detalles de su visita y dio a conocer su visión acerca de la realidad del joven sudamericano.


El P. Rafael es salesiano desde 1974 y presbítero desde 1983. Nació en Caracas y hoy vive en la Casa Generalicia de la Congregación en Roma. En América su sede de trabajo es el Centro Regional de Formación Permanente de Quito, Ecuador. Dentro del Dicasterio su tarea es el asesoramiento de los procesos de la pastoral en América, el acompañamiento de los procesos pastorales parroquiales-oratorianos y la atención a la juventud en riesgo en la Congregación.

2404_02.jpgExplica el P. Rafael que el equipo del Dicasterio lo integran cinco salesianos, encabezados por el Consejero General P. Fabio Attard, y que están organizados para atender sectores del proyecto y áreas geográficas de la Congregación, siendo la suya precisamente la de América.

Su visita a Chile principalmente responde a la participación en la SEPSUR, de manera de entrar en contacto con el grupo y participar en la programación del próximo trienio (leer noticia). Además aprovechó de encontrarse con el Equipo Inspectorial de la Pastoral Juvenil encabezado por el P. Juan Carlos Zura, también con el equipo de Marginalidad encabezado por el P. Luis Flores, con el Equipo de Salesianidad encabezado por el P. Carlo Lira y con el Equipo Pastoral de la Universidad Católica Silva Henríquez.

Partió rumbo a Venezuela a primera hora de este viernes 24 de abril para sostener una reunión con mons. Mariano Parra, encargado de la Sección Juventud de la Conferencia Episcopal Latinoamericana (CELAM) en vista del Tercer Encuentro Continental de Jóvenes que se realizará en Venezuela el próximo año.

Joven sudamericano

Consultado sobre su apreciación respecto del joven sudamericano, esto fue lo que respondió:

La pregunta es sencilla en la formulación, pero generaría todo un semestre de estudio y respuesta, por lo menos. Lo que comento es de primera mano:

En primer lugar salta a la vista la multiplicidad, cantidad de presencia joven en nuestras tierras. A la vista se visualiza evidentemente, por ejemplo, aquí (centro de Santiago) un mar de jóvenes, y eso se percibe en todas nuestras ciudades de América, gracias a Dios.

Además de cantidad, variedad, y una variedad de convivencia en tolerancia, es decir, ves al joven obrero junto al universitario. Hay en el mundo juvenil de América una espontánea interrelación de encuentro, de broma, de chiste.

Hay ciertos focos de concentración que vale la pena que nosotros los Salesianos los estudiemos, los abordemos. Clásicos: el deporte, la música, como los llamados nuevos patios, donde no hay barrera de clase social. Hay ahí una concentración de juventud que respira ilusión, entusiasmo, alegría, fanatismo, etc.

Junto a esos elementos interesantes, por supuesto, aspectos que no son del todo oportunos: la alineación, por ejemplo, en torno a lo que son centro musicales, corrientes musicales, corrientes de moda, que se respetan en el sentido de comprendernos, por qué jóvenes – y hay que decir también adultos- podemos estar en esa onda como de cierta enajenación del presente de la realidad, nos metemos en una onda fantasiosa de una letra de una canción, etc., pero que representaría un como foco, un imán, para encontrar allí una beta de contagio, de diálogo.

Hay otros focos nuevos, que son los que en los últimos 20 años han avanzado con tanta fuerza, todo el mundo del online, del Internet, de la web, donde están concentrándose una inmensa cantidad de presencia juvenil con planteamientos muy positos, iniciativas muy interesantes de radios juveniles, de intercambio solidario, de convocación universitaria para planteamientos políticos. Y por supuesto, este mundo online genera una cantidad de problemas muy fuertes, entre otros, me parece muy desafiante el problema de la identificación, porque cuando se conecta por Chat una persona que quiere llamarse anónimamente “lucho”, y está conversando con otra persona que igualmente se quiere llamar “pego”, ellos están conversando, pero realmente no son ellos. Entonces se habla de un planteamiento de carácter ontológico, del ser, de identidad.

Llama mucho la atención el mundo juvenil presente en el trabajo, el mundo obrero. Para nosotros los Salesianos eso representa un grueso desafío. Estamos prácticamente orientándonos en el área de la escolaridad. Don Bosco en sus inicios atendió la escolaridad y el mundo obrero laboral, desde sus inicios. Por circunstancias históricas, se comprende, en varias Inspectorías el esfuerzo educativo se centró en el planteamiento escolar, incluso a veces cuando se dice educación parece sólo entenderse escuela, aula, pizarra, tiza, en cambio, en clave salesiana, el planteamiento educativo es amplio, el oratorio, el taller, el patio, la universidad, etc. Entonces debemos recuperar la dimensión laboral de la pedagogía salesiana, en cuanto metodología y en cuanto sujeto carismático, el joven obrero. Hay que reconocerlo sin drama, pero sí responsablemente, lo hemos quizás descuidado.

Está todo el mundo juvenil indígena, en varias inspectorías de América esa es una presencia de muy buen tono, con un brillo muy bonito, muy definido. En otras inspectorías, por la cantidad de población indígena, autóctona, y quizás también por situaciones culturales de cada país, el otro desafío es estar presente con ellos con todo el diálogo intercultural que eso representa para el anuncio de la fe, para el descubrimiento de sus valores de solidaridad, de fraternidad, de respecto ecológico, etc.

Hay un aspecto que llama la atención y es la práctica religiosa de nuestros jóvenes. En varias Inspectorías -por el trabajo voy recorriendo naciones- llama la atención y el corazón se pone un poco triste cuando en concentraciones eucarísticas, en asambleas de fe, no se ve el grueso juvenil, incluso en las así llamadas misas juveniles. Se deja ver que es otro desafío, cómo ofrecer a nuestros jóvenes la experiencia viva de Jesús también desde la liturgia, porque a Jesús se le ofrece en el compromiso, en la oración. Hay muchos movimientos juveniles que están en torno a la contemplación, a la Palabra de Dios, eso está creciendo, pero el planteamiento formal de la liturgia, para muchos jóvenes todavía le queda un tanto distante.

Son apreciaciones de primera respuesta, cada uno de estos aspectos requeriría sin duda un análisis, pero es un panorama que se abre.
En conjunto, lo que ya se decía en Puebla, Medellín, Juan Pablo II, realmente en América Latina está muy presente una presencia juvenil vigorosa, para grandes posibilidades, para grandes desafíos, lamentablemente también para grandes tristezas, dolores de gente excluida en el estudio, en el trabajo, las tristezas de muchachas y muchachos en las calles, el porcentaje que va alcanzado niveles más altos con la infección del VIH. Esos son los dolores que los Salesianos debemos ver, reconocer, sentir en el corazón, no solamente en el análisis mental.