Dos Salesianos recibirán el ministerio del Acolitado

1604_05.jpgEl Consejo Inspectorial, en sesión del 14 de abril, ha admitido al ministerio del Acolitado a los salesianos Wilgen Cancio y Wilmer Infanzón, ambos pertenecientes a la comunidad de estudiantes de Teología de Lo Cañas. La celebración se realizará con una Eucaristía presidida por el P. Inspector Leonardo Santibáñez el viernes 8 de mayo en el Estudiantado Teológico.

1604_06.jpgWilgen Cancio es de nacionalidad cubana y pertenece a la Inspectoría Salesiana de las Antillas. Wilmer Infanzón es de nacionalidad peruana y pertenece a la Inspectoría Salesiana del Perú. Ambos se encuentran actualmente en Chile realizando sus estudios teológicos en la Pontificia Universidad Católica de Chile, en vista a su preparación al ministerio Sacerdotal.

Ministerios laicales

Dentro del proceso formativo de los salesianos llamados al servicio ministerial, se encuentra una preparación pedagógica señalada por la iglesia y de larga tradición que actualmente se les llama ministerios laicales. Entre estos ministerios se encuentra el del Acolitado.

El acólito queda instituido para ayudar al diácono y prestar su servicio al presbítero. Es propio de él cuidar el servicio del altar y asistir al diácono y al presbítero en las funciones litúrgicas, principalmente en la celebración de la eucaristía; además, le corresponde distribuir, como ministro extraordinario, la sagrada comunión cuando los ministros ordinarios no estén presentes o están imposibilitados por enfermedad o edad avanzada, u ocupados en otro ministerio pastoral, o también cuando el número de los fieles participantes de la Eucaristía sea tan elevado, que alargaría demasiado el tiempo de la celebración.

1604_07.jpgEn las mismas circunstancias especiales, se le podrá encargar de exponer públicamente a la adoración de los fieles el sacramento de la sagrada eucaristía y hacer después la reserva, pero sin bendecir al pueblo. Podrá también, cuando sea necesario, cuidar de la instrucción de los fieles que, por encargo temporal, ayudan al presbítero o al diácono en los actos litúrgicos, llevando el misal, la cruz, las velas, etc., o realizando otros oficios semejantes.

El acólito ejercerá todas estas funciones mas dignamente si participa, con piedad cada día mas ardiente, en la en la sagrada eucaristía, se alimenta de ella y adquiere un mas profundo conocimiento de la misma. El acólito, destinado de modo particular al servicio del altar, aprenda todo aquello que pertenece al culto divino público y trate de captar su sentido íntimo y espiritual; de tal manera, que cada día se ofrezca a Dios y sea para todos ejemplo de seriedad y devoción en el templo sagrado, y además, con sincero amor, se sienta cercano al pueblo de Dios, especialmente a los necesitados y enfermos”.

(Extracto tomado de la Carta apostólica “Motu Proprio” del papa Paulo VI por la cual se modifica la legislación acerca de la tonsura, ordenes menores y subdiaconado en la iglesia latina, publicado el 15 de agosto de 1972).