Con mucha humildad, pero con profunda alegría, Mons. Francisco Steigmeier, Rector del Seminario Metropolitano de Concepción agradeció, junto al Arzobispo de
Monseñor Ezzati dijo que al llegar a mediados de la semana a Colombia, por tareas pastorales, se encontró con una nota del Nuncio Apostólico, monseñor Giusseppe Pinto, en que le pedía una pronta comunicación, en la que le informó que el Santo Padre, Benedicto XVI, daba a conocer el nombramiento del P. Francisco como el sucesor de monseñor Sixto Pazinger, en la diócesis de Villarrica, quien había cumplido 75 años de edad y se hallaba delicado de salud.
“El nombramiento de un nuevo obispo es siempre un gran acontecimiento para la Iglesia y tengo la alegría de poder comunicar públicamente este nombramiento”, manifestó M. Ezzati, quien agregó que la diócesis de Villarrica pertenece a una Provincia Eclesiástica, que conforman diócesis desde Chillán al sur del país. “De manera que Monseñor Steigmeier seguirá manteniendo contactos con nosotros, al menos un par de veces al año, cada vez que los obispos de la provincia nos reunamos para tratar temas que son comunes. Los temas que hemos tenido hasta ahora, fundamentalmente, además de los temas propios de la evangelización, ha sido el tema de la pastoral indígena o la pastoral mapuche. La diócesis de Villarrica tiene un porcentaje elevado de hermanos mapuches, de manera que este tema será en buena parte del ministerio del nuevo obispo”, agregó.
Luego, Monseñor Ezzati indicó que “en Concepción nos quedamos sin el rector del seminario, pero la providencia parece que ayuda siempre. El año pasado yo había enviado a formarse a un sacerdote fuera del país, para que fuera el futuro rector del Seminario y gracias a Dios no nos quedamos con las manos vacías. Espero que el nuevo rector pueda asumir la tarea con la misma capacidad y el mismo entusiasmo y celo apostólico que lo ha hecho el padre Francisco”.
Finalmente, el Arzobispo de Concepción manifestó su saludo y apoyo al nuevo Obispo: “Para ti (Francisco), nuestros mejores deseos; que el Señor te bendiga abundantemente para que seas un buen pastor y como pide la Iglesia, que puedas ser sobretodo para la gente de Villarrica, padre, hermano y amigo”.
Monseñor Steigmeier no ocultó su temor por el nombramiento, señalando que “Jesús dice en el evangelio: no tengan miedo. También el Papa Juan Pablo II repetía muchas veces esa frase.
Hay muchas circunstancias en la vida en las que uno siente miedo. Si me preguntan qué siente ahora, me siento asustado. No es miedo por la diócesis o los sacerdotes de esa diócesis ni por el trabajo pastoral, si no más bien miedo de mí, de mis debilidades. No me creo muy capacitado para esta función. Sin embargo, la confianza uno la pone en el Señor. Es Él quien capacita a los que elige. Cuando el Nuncio me llamó para tener un encuentro en Santiago, el 26 de enero, yo pensaba para qué será. ¿Será para llamarme la atención…? No descarté que me llamara para un nombramiento, pero pensé que yo no me siento con condiciones humanas y tampoco espirituales para esta tarea. Cuando me encontré con el Nuncio, me dio la noticia y antes que yo respondiera algo, me invitó a orar a la capilla. Estuvimos como díez minutos en oración. La sorpresa fue muy grande y de mucha confusión. Sentí susto y agobio respecto a lo que pudiera ser el futuro ministerio. Pero recordé dos votos o promesas que hice al señor, siendo un sacerdote muy joven. La primera promesa fue que todos los días oraría al menos una hora para pedirle a Dios que nunca fuera infiel a Él. Y el segundo voto fue la obediencia al Obispo, que el Obispo dispusiera de mí según su voluntad. La segunda parte de este voto se refería al Papa, que es obedecer a su magisterio, a su enseñanza y también a su disciplina. No estaba implícito aceptar algún día ser obispo”, concluyó.
Mons. Francisco Javier Stegmeier Schmidlin
Mons. Francisco Javier Stegmeier Schmidlin nació en Los Ángeles el 19 de mayo de 1962. Inicio sus estudios en 1968 en el Colegio Alemán de esa ciudad y posteriormente realizó su formación secundaria en el Liceo Alemán de los padres misioneros del Verbo Divino, también en Los Ángeles.
En 1982 ingresó al Seminario Mayor de San Rafael, de la diócesis de Valparaíso. Obtuvo
Durante su ministerio sacerdotal ha desempeñado los siguientes oficios eclesiásticos: fue vicario parroquial en
Fuente: Comunicaciones Concepción