El sábado 18 de octubre, en la parroquia Santa Ana de Talca el P. Germán Balboa Márquez renovó sus votos sacerdotales en presencia de sus hermanos salesianos, invitados y fieles, en el marco de sus 25 años de vida religiosa. Al igual que cuando sus padres lo revistieron con la vestidura sacerdotal, sus hermanos de comunidad realizaron el mismo acto litúrgico.
La ceremonia se inició con palabras de agradecimiento a Dios por parte del P. Germán por permitirle celebrar 25 años de Profesión Religiosa: “Es bueno dejarse querer… es muy bueno hacer fiesta y celebrar con las personas que uno se siente bien”… fueron algunas de las palabras del Padre Balboa, en su mensaje lleno de afecto y manifestaciones de sentirse muy acogido en esta obra salesiana que lo recibió este año.
“Don Bosco cambió el sentido de mi vida”, expresó, al contar cómo llegó a hacerse salesiano cuando era un joven de 18 años “por una cuestión de servicio”. Dijo que en la vida salesiana él podía aportar con lo que le gustaba: “el deporte, la música, el estar al servicio de los humildes, los sencillos y los pobres”. Posteriormente, dio gracias a sus hermanos salesianos, a su familia, amigos y estudiantes con quienes ha compartido la vida, sus intereses y anhelos y a quienes ha tratado de acercar a Dios, quien lo premió al entregarle niños y jóvenes buenos, como los que ha encontrado en el Centro Educativo Salesianos Talca.
Durante la ceremonia se vivió un momento emotivo y significativo cuando se presentaron varios signos, entre ellos un cirio, testimonio de iluminar el camino; un instrumento musical de la banda, como símbolo del servicio educativo a favor de los jóvenes; la imagen de Don Bosco, María Auxiliadora y Cristo crucificado, modelo supremo de entrega a los demás; junto al pan y el vino, comida y bebida de salvación.
Finalmente, en presencia de sus hermanos salesianos – el Padre Director Miguel Rojas, el P. Víctor Mora, el párroco de Santa Ana P. Patricio Troncoso y el Hno. Alejandro Cautín – el celebrado realizó la renovación de sus votos, recibiendo el aplauso espontáneo y cariñoso de los presentes.
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