Intervención del Rector Mayor en la XII Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos

La mirada hacia los jóvenes fue el acento de la intervención que realizada el sábado 11 de octubre por el Rector Mayor, P. Pascual Chávez, en la XII Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos.

El tema de esta reunión eclesial es: “La Palabra de Dios en la Vida y en la Misión de la Iglesia“, convocado por el Santo Padre el 6 de octubre de 2006.

Haciendo referencia al número 53 del Instrumentum laboris (IL) del Sínodo – La Palabra de Dios tiene que estar siempre a disposición de todos – y recordando la “particular atención a los jóvenes” que el texto propone, el Rector Mayor recorrió el pasaje evangélico de Emaús, “modelo ejemplar de encuentro del creyente con la Palabra encarnada”( IL 26b). “El episodio, ha puntualizado el Rector Mayor, crónica de un hecho sucedido, nos ofrece un preciso itinerario de evangelización donde se dice quién; Jesús a través de su Palabra, y como, caminando juntos; se evangeliza”.

Haciendo referencia a algunas afirmaciones de los Capítulos Generales XXI y XXIII de los Salesianos, el P. Pascual recordó que si “la vida de comunión con Dios y con los hermanos es la meta del anuncio evangélico”, resulta decisiva “para la evangelización, el testimonio de una vida en común, ya que ella es la experiencia que anticipa, como semilla, la realidad que se espera”. Si el testimonio es el único lenguaje capaz de convencer a los jóvenes que “Dios existe y su amor puede llenar una vida” (Constituciones Salesianas 62), la evangelización tiene que ocuparse de ella como camino estratégico, y “concentrar la atención y el lanzamiento sobre la unidad, de la y en la Iglesia, que es la señal evangélica que Jesús pide a los discípulos enviados por El al mundo”.

Se tiene que temer por lo tanto, una evangelización, cualquiera sean sus métodos y sin poner en duda, sus mejores intenciones, que no parta de una vida en común”. “Aunque tenemos que reconocer que “la pertenencia de los jóvenes a la Iglesia no llega inmediatamente a  su madurez” – ha precisado el Rector Mayor – hace falta decir que si no viven en ella, la fe de los evangelizadores y aquella de los jóvenes será deficiente”.

El pasaje de Emaús también encierra la metodología para la evangelización de los jóvenes: caminar juntos. La frustración de los sueños, el cansancio en la fe y el desengaño en el discipulado, son las experiencias que aunan los jóvenes a los dos discípulos en camino hacia Emaús. “Los jóvenes necesitan una Iglesia que se acerque a sus problemas y a su desaliento, que comparta con ellos no sólo el camino y la fatiga, sino que sepa también conversar con ellos, asumiendo sus incertidumbres. ¿Cómo podrá la Iglesia representar al Dios Resucitado, si no se muestra preocupada en sus cosas y por su vida? “Ir y encontrar a los jóvenes dónde se encuentran, acogerlos desinteresadamente y con prisa en nuestros ambientes, ponernos en atenta escucha de sus preguntas y aspiraciones, son para nosotros opciones fundamentales que preceden cualquier otro paso en la educación de la fe”( CG XXIII, 98)”.

El pasaje de Emaús – paradigma de la biografía espiritual de los jóvenes – recuerda que “una educación a la fe que olvide o posponga el encuentro sacramental de los jóvenes con Cristo, no es la manera de encontrarlo con segura eficacia. La Celebración Eucarística es, y tiene que seguir siendo, “Fuente y culmen de la evangelización. La Eucaristía es “la fuente  y el culmen de la vida cristiana”. Afirma Don Chávez: “Es una excusa falsa decir que no todos los jóvenes están preparados para celebrar el encuentro con Cristo:  ya que encontrarlo no ha sido nunca consecuencia de sus esfuerzos, tampoco fruto de sus deseos sino Gracia de Cristo, que se hace encontrar de aquellos que ama. ¿Estaban aquellos de Emaús preparados para descubrir al Señor en el desconocido compañero de camino?”

Citando el número 93 del CG XXIII, el Rector Mayor ha concluído su intervención diciendo: “Hacemos todo esto según el ejemplo del Señor y siguiendo el método de su caridad sobre el camino de Emaús. Repetimos sus actitudes: tomamos la iniciativa del encuentro y nos ponemos junto a los jóvenes;  con ellos recorremos el camino escuchando, compartiendo sus ansiedades y aspiraciones;  a ellos explicamos con paciencia el mensaje exigente del Evangelio;  y con ellos nos detenemos, para repetir el gesto de partir el pan y suscitar en ellos el ardor de la fe”.

El texto integral de la intervención es publicado por el Osservatore Romano de hoy.

Fuente: InfoANS