Como clausura de
El evento tuvo lugar en auditorium del colegio. Tras recibir la distinción de manos del director, P. Cristian Villenas, el “Padre Obispo” -como es cariñosamente llamado- entregó su saludo a los presentes en el acto y recordó los orígenes de su vocación sacerdotal en esta casa salesiana.
Mons. González hizo los estudios primarios en esta casa entre 1940 y 1945. De la época señaló que lo impactó y motivó la presencia constante de los salesianos en medio de los jóvenes. Recordó con cariño a los salesianos de la época, entre ellos el P. Luciano Pignoni, el P. Avilio Díaz y el hermano coadjutor Luis Bravo, quien le enseñó a leer.
Al ser consultado acerca de qué mensaje daría a la actual comunidad oratoriana, el Padre Obispo señaló que “este centro, el Oratorio Don Bosco, es un centro de vida que tiene las dos características del carisma salesiano: evangeliza y educa. Las dos al mismo tiempo, el colegio debe cumplir estas dos misiones. El joven a la vez que se educa y que se llena de conocimiento y de los ideales de la sociedad actual lo debe hacer desde el carisma salesiano, sobre todo desde la alegría y el optimismo”.