Este sábado 9 de agosto, el salesiano de la Inspectoría del Perú Gonzalo Orlando Echegaray Espinoza, miembro hoy de la comunidad del Teologado de Lo Cañas, profesará de manera perpetua los votos de obediencia, pobreza y castidad. Un mes mas tarde, sábado 6 de septiembre, recibirá el ministerio del Diaconado en tránsito al Sacerdocio.
OFISA dialogó con Gonzalo para conocer más a fondo su historia que hoy, a sus 67 años de edad, lo tiene en vísperas de concluir su primera formación religiosa salesiana y de convertirse en ministro de
Sus padres son Lázaro y María Teresa, ya fallecidos, de quienes recibió una educación cristiana. Le marcó muchísimo la generosidad extrema de su madre con los pobres. Cuenta que lo daba todo, lo que provocaba incluso discusiones con su esposo.
Su familia la integran cinco hermanos más, la mayoría dedicados a los negocios en el Perú y el extranjero. Es oriundo de Ica, ciudad al sur de Lima, capital del Perú.
Recuerda que a los 8 años de edad, mientras participaba cómo acólito en la parroquia, se sintió llamado a la vocación sacerdotal. La muerte de su padre cuando tenía 13 años y la expropiación de los terrenos familiares por parte del gobierno de la época, le obligaron a dejar de lado aquella vocación que le reclamaba para hacerse cargo de su madre y hermanas. Se enfocó entonces en la obtención de una carrera profesional. Obtuvo el título de Abogado en
Cuenta que fallecida su madre en
Decidió entonces dar respuesta a esta inquietud y comenzó a conocer varias congregaciones. Estuvo con
En medio de esta búsqueda, acudió en
Luego de algunos años inició en 2001 el Prenoviciado en la misma parroquia. Al año siguiente el Noviciado. En 2003 y 2004 el Posnoviciado y el 2005 llegó a Chile para iniciar la formación Teológica.
Antes de comenzar la formación distribuyó sus bienes y propiedades. El hecho le hace recordar el pasaje Evangelio donde el Joven Rico consulta a Jesús qué puede hacer para obtener el Reino de los cielos.
Cuenta que a pesar de la diferencia de edad con el resto de los formandos, ha podido enriquecerse. Ha trabajado mucho para adaptarse a su nueva vida, para dejarse conducir y moldear por otras personas, como son los formadores y directores. Sostiene que en esto es fundamental la obediencia y la experiencia de vivir en comunidad, donde es necesario amar y perdonar.
Confiesa que en los primeros años de formación encontró varias trabas y que algunos le han preguntado qué podrá hacer como salesiano con la edad que tiene, pero responde que confía en Dios, que no se desmorona, y que no se desespera porque esa respuesta no la tiene, sólo Dios la conoce. Le marcó mucho un salesiano ecuatoriano que le dijo que la suya es una vocación tardía, una vocación de María Auxiliadora, sostenida por
Anhela vivir pobre, obediente y casto para siempre, sirviendo a los jóvenes, particularmente a los más necesitados. Se siente muy feliz de profesar sus votos perpetuos y recibir el Diaconado. Siente que va siguiendo los pasos que Jesús le marca. En vísperas de estos dos acontecimientos ha meditado profundamente que la opción que está haciendo es para siempre. Para la preparación indica que la ha ayudado mucho el encuentro formativo realizado en el Centro Regional de Quito, finalizado hace algunas semanas, así como también le ayudó mucho la jornada de preparación a la profesión perpetua de Junín de los Andes.
Gonzalo ya ha concluido sus estudios Teológicos. No sabe con exactitud cuando regresará al Perú, pero presume que será la primera quincena de septiembre próximo.