P. Pablo Ugarte y su experiencia en el tratamiento contra la Leucemia

1505_02.jpgHace poco más de seis meses, el P. Director de la presencia de Valparaíso Pablo Ugarte Johnston (45) decidió acudir al hospital de manera preventiva a causa de una roncha en el cuerpo. Los exámenes arrojaron una leucemia meloide aguda que obligó a un tratamiento inmediato de quimioterapia agresiva. Hoy su enfermedad se encuentra prácticamente erradicada, aunque con alta probabilidad de que se le origine nuevamente, por lo que se prepara para ser sometido a un transplante de médula en los meses venideros.


El P. Pablo es oriundo de Santiago, pero formado vocacionalmente en Punta Arenas. Tiene 15 años de sacerdocio y 24 de salesiano. En conversaciones con OFISA narró parte de la experiencia que vivió una vez que le fue detectada la enfermedad el viernes 9 de noviembre del año pasado y que vive hoy en su tratamiento.

Supuso que la roncha aparecida en el lado izquierdo de la cintura se produjo por la picada de una araña, ya que habían estado haciendo reparaciones en el módulo comunitario de la casa de Valparaíso. Con estas ideas, recibir la noticia de un cáncer le generó un fuerte impacto. “No sabía qué decir, cómo decirlo y a quién decirlo”. Luego de un breve paso por la clínica Reñaca fue internado en la Clínica Indisa de Santiago, donde fue confirmado el cuadro y se le explicó que comenzaría un largo tratamiento de alto riesgo, el que a los pocos días ya lo tenía con sesiones de quimioterapia.

El domingo de la misma semana fue contactado por su madre y hermanos residentes en Estados Unidos, a quienes comunicó la noticia. Ya el jueves siguiente sus parientes arribaron a suelo nacional.

“Sentí desde un primer momento mucho apoyo por parte de la Congregación…mucha solidaridad por parte de los hermanos y mucha cercanía con mi familia”, indica el P. Pablo. Por sobre todo destaca el cariño recibido de sus hermanos de Congregación.

A través de punciones al Esternón clarificaron que la leucemia que lo aqueja ataca directamente a la médula y estimaron el grado de avance del cáncer, lo que permitió planificar las sesiones de quimioterapia que terminaron siendo dos en ese momento del tratamiento.

El transplante de médula para el cual se prepara debiera garantizarle en un alto porcentaje que la leucemia no vuelva. Explica el P. Pablo que esta enfermedad no se origina por causa conocida y consiste en la rápida proliferación de células anormales que se acumulan en la médula ósea e interfieren en la producción de glóbulos rojos normales. Se presenta casi asintomática y de manera silenciosa. El cansancio es el mayor signo, pero muchas veces se puede atribuir a las jornadas de trabajo.

Luego de ser sometido a quimioterapias de consolidación que aseguraron la erradicación del cáncer, el P. Pablo fue derivado a la clínica de la Universidad Católica donde se entrevistó con los especialistas que le explicaron sobre el transplante. Una vez que reciba los resultados de la última punción a la que fue sometido, se le realizará un examen para extraerle una muestra de células madre que serán enviadas a un banco de Nueva York donde buscarán células compatibles extraídas de un cordón umbilical. Una vez encontradas serán enviadas a Chile congeladas y le serán transplantadas a través de un cateter previa preparación con quimioterapia y radioterapia. Ya fue descartada la posibilidad de que algunos familiares pudieran proveerle de médula puesto que no existe compatibilidad.

“Estoy bastante esperanzado, estoy contento, me siento muy bien, con mis piernas muy seguras. Estoy muy agradecido en primer lugar de Dios que me ha dado la posibilidad de estar en manos de gente que ha sabido hacer su trabajo”. El P. Pablo comenta además que a pesar de llevar corto tiempo en la presencia de Valparaíso, ha sentido y visto mucho preocupación de los miembros de todos los estamentos, quienes han hechos cadenas de oración, lo mismo los miembros de la presencia de Talca donde estuvo anteriormente. Agradece a sus hermanos de comunidad porque tuvieron que tomar responsabilidades con prontitud de un día para otro y agradece el acompañamiento y preocupación del P. Natale y del P. Leonardo Santibáñez.