El pasado 4 de mayo, durante una misa celebrada en la ciudad de los Alpes franceses de Laus, el obispo de Gap, monseñor Jean-Michel di Falco, notificó la aprobación oficial de
Entre los asistentes estaban el cardenal mexicano Javier Lozano Barragán, presidente del Consejo Pontificio para
Monseñor di Falco recordó que éstas son las primeras apariciones marianas reconocidas oficialmente en el siglo XXI por
Monseñor di Falco recordó que “nadie está obligado a creer en las apariciones, incluso en aquellas reconocidas oficialmente; pero sí son una ayuda en nuestra fe y nuestra vida diaria ¿Por qué habría que rechazarlas?”. El santuario de Nuestra Señora de Laus atrae unos 120.000 peregrinos al año.
A raíz del reconocimiento de las apariciones el padre Salvatore M. Perrella, experto profesor de dogmática y mariología en
En un artículo aparecido en “L’Osservatore Romano”, explica la diferencia entre visión y aparición. La primera es de índole espiritual, mientras que la segunda es de orden físico, es decir que existe la experiencia real y sensible de quien se aparece.
Actualmente se les pide “al obispo diocesano, al arzobispo metropolitano –en tiempos más recientes a las conferencias episcopales del territorio– y al Papa el discernimiento sobre la veracidad de los hechos presentados”.
Indicó que “
El experto señaló que este dicasterio vaticano establece que para proceder con la verificación, se obtenga “información precisa sobre los hechos bajo observación y la reunión de testimonios de los signos de fe, examen del mensaje sujeto en el hecho sobrenatural, que no debe estar en contra de la fe cristiana, diagnóstico médico-psicológico para garantizar la salud y normalidad del vidente, y también para descartar la posibilidad de fenómenos alucinatorios; nivel de educación del vidente, su conocimiento de la doctrina, su vida espiritual, su grado de comunión eclesial, frutos espirituales, como el retorno de la fe de los alejados; moralidad y eclesialidad de la existencia, cooperación en la evangelización del mundo, cultura y costumbre, eventuales curaciones milagrosas que se reciben en razón de la referida revelación privada, el juicio de
Tras minuciosos exámenes de los hechos referidos a una aparición, dijo el sacerdote,
“Una vez verificadas y autenticadas por la autoridad eclesiástica, las manifestaciones extraordinarias consienten la libertad de adhesión, porque la fe se presta sólo a la revelación pública de Dios concluida con la muerte del último de los Apóstoles”, precisó el experto italiano.
Tras explicar que las apariciones son una gracia “dada gratuitamente del Cielo”, el padre Perrella recordó que si bien éstas ayudan a incrementar la fe de las personas, “no amplifican
Fuente: Zenit