“La escuela católica ha de contribuir a elevar la calidad de la enseñanza haciendo uso de las nuevas tecnologías, pero sin olvidar su aportación más genuina, un proyecto educativo inspirado en el Evangelio”, afirma el arzobispo de Madrid, cardenal Antonio María Rouco, en una carta escrita con motivo de
El arzobispo de Madrid afirma que “tras el esfuerzo encomiable que ha realizado nuestro país para alcanzar la completa escolarización de los alumnos, son cada vez más las voces que se alzan pidiendo una mayor calidad en nuestro sistema educativo, sin que la consecución de esta meta nos haga olvidar que no todos los alumnos acceden a la escuela en las mismas condiciones socioculturales y económicas y, por tanto, nuestra obligación de apoyar a los que más lo necesitan”.
El cardenal recuerda “que el origen de muchas iniciativas de escuelas católicas fue atender las necesidades educativas de tantos niños y jóvenes de familias humildes y sin recursos” y añade que “fiel a esta constante preocupación de
El purpurado no olvida “tampoco a los que, padeciendo las nuevas pobrezas de las sociedades de consumo -relativismo moral, crisis de valores, sinsentido vital, desvinculación institucional- pueden también anhelar los valores que se desprenden del ideario educativo cristiano”.
La Jornada
El arzobispo de Madrid remite al documento “La escuela católica. Oferta de
En este contexto, el cardenal Rouco sostiene que “tanto la presencia de
“Unas respuestas que, lejos de una mera acomodación a la situación del momento actual, con la consiguiente desfiguración de la identidad cristiana, han de seguir proponiendo con renovado vigor el mensaje evangélico como oferta de sentido plenamente válida a las preguntas y expectativas de nuestros alumnos”, subraya.
Fuente: ZENIT