Con un equipo de jóvenes renovado en su totalidad gracias a la experiencia del oratorio realizada durante el año,
El trabajo fue desarrollado por un equipo de 14 animadores, asesorados por el responsable Laico Orlando González, el diácono Oscar Aguilera y
Fueron atendidos cerca de niños 80 niños, quienes disfrutaron de momentos de recreación, formación catequística, talleres prácticos y oración. Una mención especial merece el buen ambiente entre “Tíos y Tías” junto a sus respectivos grupos de niños. La alimentación fue cubierta gracias al beneficio entregado por
Según los participantes, la experiencia puede resumirse en aquella frase de san Juan Bosco: “Ustedes se han robado este pobre corazón mío”. Manifiestan que cada niño fue sinónimo de sonrisa, alegría, cariño que buscan imponerse a las dificultades y problemáticas. Indican también que la experiencia, junto con dar el espacio a los niños para que tengan unos días de vacaciones diferentes, con una propuesta que nace desde la fe, para los monitores se convierte también en una experiencia de maduración y testimonio cristiano.