En una “Nota Doctrinal” sobre algunos aspectos de
El documento responde de manera clara y contundente a errores propalados incluso en sectores eclesiales en los últimos tiempos que señalan que la evangelización es un atentado contra la libertad del otro y que sostienen que es innecesaria la promoción de la conversión a Cristo. Asimismo aclara a los que señalan que evangelizar es una intromisión y empobrecimiento inaceptables en las culturas locales y que el aumento de miembros en
“La Nota Doctrinal
Apuntando otro error actual,
Antropología, eclesiología y ecumenismo
En el ámbito de las implicaciones antropológicas, el resumen observa que “algunas formas de agnosticismo y relativismo niegan la capacidad humana de conocer la verdad, mientras la libertad humana no puede desvincularse de su referencia a la verdad”.
Al respecto, el resumen aclara que “la enseñanza y el diálogo con que se pide a una persona, en plena libertad, que conozca y ame a Cristo, no es una ‘intromisión indebida’ en la libertad humana, sino una “oferta legítima y un servicio que puede hacer más fecundas las relaciones entre los seres humanos”.
“Con la evangelización, las culturas se enriquecen positivamente con las verdades del Evangelio. Del mismo modo, con la evangelización, los miembros de
“Cualquier intento de diálogo que comporte la coacción o una instigación impropia, irrespetuosa de la dignidad y la libertad religiosa de los dos actores del diálogo, no puede subsistir en la evangelización cristiana”, prosigue.
Refiriéndose a las implicaciones eclesiológicas, el resumen afirma que para la evangelización cristiana “la incorporación de nuevos miembros a
Al referirse a las implicaciones ecuménicas, el documento “reafirma el importante papel del ecumenismo en la misión evangelizadora de
“Cuando la evangelización católica se lleva a cabo en un país donde viven cristianos no católicos –dice el texto– los católicos deben cumplir la propia misión prestando la máxima atención al verdadero respeto por sus tradiciones y riquezas espirituales” y “con un sincero espíritu de cooperación. La evangelización puede progresar con el diálogo y no con el proselitismo.
Fuente: AICA