El arzobispo de Concepción, Mons. Ricardo Ezzati, decidió intervenir este lunes 26, en el conflicto textil que afecta a 800 trabajadores de las industria Bellavista de Tomé, donde la empresa ha solicitado la quiebra, lo que se traduciría en un grave problema económico social de una de las comunas de la Octava Región con alto índice de desempleo.
“He decidido cumplir con lo que me han pedido los trabajadores. Ellos quieren dialogar y me han pedido que yo intervenga para ver si es posible ese diálogo y cumpliré esta tarea, esta misma tarde y pedir que sean escuchados”, anunció monseñor Ezzati junto a los dirigentes sindicales textiles Sathiel Medina y Mario Sanhueza.
Los dirigentes anunciaron que ante la desesperación están dispuestos a ocupar indefinidamente la industria y a no ceder en perder su fuente laboral, ya que detrás de cada trabajador hay una familia con hijos y otras personas. Monseñor dijo que los dirigentes le han pedido que gestione una entrevista con la Presidenta de la República, Michelle Bachelet, para que los reciba. “Como en pedir no hay engaño y si uno puede hacer una buena función en ese sentido, será para el bien de todos los trabajadores y de la comunidad de Tomé y, por supuesto, siento la obligación de hacerlo”.
El arzobispo, durante la conferencia de prensa, destacó el rol subsidiario del Estado para buscar una solución al grave conflicto, que en los últimos días se ha traducido en serios incidentes en Tomé. “”Es cierto que los problemas entre privados se arregla entre privados, pero aquí, hay una situación social que afecta la relación y el Estado, en su rol subsidiario, naturalmente, tiene un papel importante que jugar”.
Por otra parte, el pastor de Concepción recordó que al visitar el fin de semana la ciudad de Tomé, dirigió un mensaje a los habitantes. “Tomé tiene un gran capital, el capital de la solidaridad, el capital de buscar caminos de paz y caminos de diálogo. Yo invito a los cristianos y a los católicos, en particular, hombres y mujeres de buena voluntad, a que nos dejemos recorrer el camino de la no violencia y el camino del diálogo y el camino de la racionalidad”, afirmó, agregando que en la declaración de los obispos en la última asamblea, decían que “en la experiencia concreta vivida en los últimos meses, el diálogo se ha manifestado fecundo para resolver problemas, en cambio, cuando nos cerramos al diálogo, obviamente, eso termina en problemas mucho más graves”, concluyó.
Fuente: Comunicaciones Concepción, Prensa Cech