P. Inspector, Vicario y Ecónomo relatan sus impresiones tras participar en beatificación de Ceferino

1511_2.jpgLa Beatificación de Ceferino Namuncurá fue un gran acontecimiento para la Familia Salesiana del mundo, especialmente para la de Argentina y la de Chile, por tratarse de un joven cuya ascendencia interpela a ambas naciones.

Desde la Inspectoría chilena participaron en la celebración algunos Salesianos de las comunidades de Alameda, Linares, Valdivia y también de la Casa Inspectorial. De ésta última viajaron hasta Chimpay el P. Inspector Natale Vitali, el P. Vicario Leonardo Santibáñez, el Ecónomo P. Jorge Rivera y el Delegado de la Pastoral Juvenil P. Juan Carlos Zura. Se sumó a este grupo el Secretario Ejecutivo de la Pastoral Juvenil Pedro Lastra.

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Fue viaje muy largo y pesado, reflexionó el P. Natale, “pero valió la pena, para mí personalmente. Tuve tiempo durante la Eucaristía para rezar y reflexionar. La vida de Ceferino me impacta y también dice que cuando llegamos al corazón de los jóvenes podemos esperar mucho de ellos”. Para el P. Leonardo fue agradable sobre todo por las atenciones recibidas tanto en Chile como Argentina, de parte de los laicos y religiosos. “Fueron bastantes horas arriba del vehículo, pero el hermoso paisaje compensaba las molestias”, agregó.

La gran devoción y veneración a Ceferino en Argentina fue una de las cosas que llamó la atención por igual a los Salesianos de la Casa Inspectorial durante esta experiencia. El P. Natale señala que pudo “ver y tocar” el fervor de las personas que participaron en la Beatificación, la que también se hace extensiva al pueblo Mapuche, según cuenta el P. Vicario.

Sobre cómo vivieron la Eucaristía de Beatificación, el P. Natale, el P. Leo y el P. Jorge concordaron en que fue una celebración sencilla pero significativa. Al  P. Leonardo le recordó algunas realizadas en Maipú con mucha gente y muy entusiasta, deseosa de celebrar al nuevo beato. “A pesar del sol y del viento fue hermosa, y el Cardenal Bertone desplegó su simpatía y cercanía con la gente al hablar en su castellano medio italiano”, señaló. El P. Rivera dice que fue una fiesta de santidad salesiana y mapuche, síntesis entre la cultura cristiana e indígena. “Se respiraba un aire de santidad, de cercanía con Dios”, agrega el P. Inspector.

El P. Jorge agregó otra idea: “Me impresionó también la cantidad de obispos, sacerdotes y la fuerza salesiana, realmente impresionante. De verdad para mi fue un orgullo sentirme salesiano y ese fruto de la educación del sistema preventivo de Don Bosco que formaba escuela de santos…”

El P. Ecónomo concluyó realizando una evaluación de la participación chilena en la Beatificación: “Creo que podríamos haber participado más salesianos de Chile, de las casas de formación y más jóvenes de las presencias, pero no era fácil por la distancia y el alojamiento. Lástima que nosotros no tenemos una devoción tan marcada por Ceferino, lo conocemos poco. Pienso que tenemos que partir por casa, en Chile dándolo a conocer, partiendo por nuestros alumnos”. Agrega el P. Rivera que las palabras del Cardenal Bertone en su homilía y las del Rector Mayor al final de la ceremonia, demuestran que es posible llegar a la santidad estando siempre alegres, siendo amigos de Jesús y María, sirviendo a los hermanos y compañeros, siendo útil a todos como lo fue Ceferino.