P. Baruffi: “La Vida es un Don y un compromiso”

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A los sones de la canción “Creemos en el Dios que ama a los jóvenes”, comenzó la Eucaristía de celebración de la Fidelidad a Don Bosco de la Familia Salesiana, que para la presencia salesiana de Santiago se realiza todos los 16 de agosto en la capilla del Patrocinio de San José.

Este año, la celebración estuvo presidida por el P. Helvecio Baruffi, Consejero Regional del Rector Mayor para la región América Cono Sur – de visita a la Inspectoría chilena- y concelebrada por el Obispo Emérito de Punta Arenas, Monseñor Tomás González, el P. Inspector Natale Vitali y su Consejo, y una cincuentena de Salesianos consagrados de las presencias de Santiago.

La capilla del colegio, a pesar de las bajas temperaturas del atardecer, estaba llena de miembros de la Familia Salesiana: Salesianos, HMA, Salesianos Cooperadores, Antiguos Alumnos y Alumnas, Asociación de Damas Salesianas, ADMA y Voluntarias de Don Bosco, los que participaron activamente de los signos de la Eucaristía y en la renovación de sus promesas de Fidelidad a Don Bosco y su carisma.

“Lo importante es vivir para el Señor”

Al comenzar su homilía, el P. Baruffi destacó el cariño que el mundo profesa por Don Bosco: “Estamos reunidos para celebrar a nuestro padre San Juan Bosco y clima de esta Liturgia ya es una invitación a un compromiso a seguirlo con más pasión y ardor, a ser discípulos atentos y continuadores. Don Bosco, dotado de extraordinarias cualidades humanas y de una admirable santidad, fue amado en la vida, lloraron su muerte y lo admiran en todo el mundo. El humilde pastorcito de I´Becchi, por providencial destino y generosa correspondencia a la gracia divina, llegó a ser uno de los santos del Siglo XIX más reverenciado y aclamado por las multitudes y continúa siendo hoy uno de los santos más celebrados”.

Luego hizo referencia a la misión de la Familia Salesiana: “Actualmente son 23 los grupos de la Familia Salesiana que tienen a Don Bosco como referente. El patrimonio y la Misión Salesiana ya no son sólo de los Salesianos, sino de la toda la Iglesia: en la mente y en el corazón de Don Bosco la Familia Salesiana es una, que tiene su raíz en la identidad del espíritu y de la misión al servicio de la juventud”.

Al hacer referencia a la consigna y mensaje del Rector mayor para este año “Dejémonos guiar por el Dios que ama la vida”, el padre Baruffi relató el emocionante testimonio entregado en la jornada de espiritualidad salesiana realizada en la Casa general a principios de año, por Nino Baglieri, un Voluntario con Don Bosco que falleció dos meses después.

Baglieri quedó completamente paralizado luego de un accidente sufrido a los 17 años, sin embargo, aprendió a escribir con la boca para poder comunicar la grandeza de la vida y de Dios. Luego de entregar su testimonio -señaló el padre Baruffi- este Voluntario dio un gran ejemplo al señalar: “Los Salesianos son mi familia y estoy orgulloso de pertenecerles. Dios me ha dado el Don de la Vida y esta Vida la vivo a su servicio, no importa estar enfermos o sanos, lo importante es vivir para el Señor y estar al servicio de los hermanos”.

Finalmente, el Padre Baruffi concluyó señalando que “La Vida es un Don y un compromiso. Como hijos e hijas de Don Bosco sentimos el deber de, juntos, como familia, anunciar el Evangelio de la Vida y de celebrarlo en la liturgia y en toda la existencia. Particularmente somos llamados a proteger y cuidar la vida de tantos jóvenes que deben abrirse un camino en la pobreza, al margen de la sociedad del bienestar”.

Se percibió una fuerte participación de la asamblea en los ritos de la Eucaristía y en todos los momentos preparados por esta ocasión especial, como fue la renovación de las promesas, la entrega de los reglamentos de cada grupo de la Familia Salesiana durante los dones y el canto que este año fue guiado por Hijas de María Auxiliadora en formación. La celebración finalizó con un momento de compartir fraterno en el gimnasio del Colegio.