P. Vitali: “Cuando he confiado más en el Señor, cuando he ido donde él quiso, he encontrado la felicidad y la fidelidad”

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En una Eucaristía llena de hermosos signos, realizada en el mismo templo donde el Cardenal Raúl Silva Henríquez los ordenara el 31 de julio de 1982, el padre Obispo Bernardo Bastres y el P. Inspector Natale Vitali, celebraron sus Bodas de Plata sacerdotales este lunes 30 de julio

El templo María Auxiliadora de Lo Cañas estaba especialmente ornamentado para la ocasión: Una pintura del recordado Cardenal, su mitra y el óleo sagrado con que los ordenó ocupaban un sitial destacado en el presbiterio. Luego, a cada lado en grandes letras blancas, el lema sacerdotal de cada uno.

La Eucaristía fue presidida por el P. Natale y concelebrada por Mons. Bastres; también participaron el Obispo Emérito de Punta Arenas Mons. Tomás González, el Consejero regional para América Cono Sur P. Elvecio Baruffi – quien se encuentra realizando una visita extraordinaria a la Inspectoría- los miembros del Consejo Inspectorial y una cincuentena de sus hermanos salesianos distribuidos por el país.

Al comienzo de la celebración y como una expresión del deseo de los salesianos de la Inspectoría de acompañarles en esa misión común de ser pastores, testigos y misioneros de Jesucristo, Mons. González y el Vicario del Inspector, P. Leonardo Santibáñez, les ayudaron a revestirse con la casulla sacerdotal.

Luego de la Oración Universal, e invitados por el Obispo emérito de Punta Arenas, los celebrados renovaron sus promesas sacerdotales.

Otro momento significativo fue la ofrenda de los dones. En ella se llevaron al altar bandejas de tierra de los diversos lugares que ellos han ido fecundando con su ministerio sacerdotal; signos de Magallanes y de la Inspectoría en representación de las porciones de la Iglesia de Dios actualmente confiada a sus cuidados pastorales y una imagen de María Auxiliadora, obsequio de las casas de formación para cada uno de ellos, para que junto a su Hijo, los acompañe en cada una de sus labores Pastorales.

Luego de la celebración Eucarística, el padre Obispo y el padre Inspector compartieron la cena con los salesianos y laicos presentes en Lo Cañas.

Homilía

La homilía fue compartida por el P. Bastres y el P. Vitali. En ella, el actual Obispo de Punta Arenas agradeció a Dios y a los hermanos por el hermoso regalo de la Ordenación sacerdotal y por pertenecer a la familia de Don Bosco.

“¡Cómo no dar Gracias a dios y a los hermanos, que a pesar de mi pobreza, de mis pecados, limitaciones; me ha querido dar el sacerdocio Ministerial de Jesucristo su Hijo?”, señaló el Obispo. Luego extendió el agradecimiento a su familia, haciendo un recuerdo muy especial de sus padres que ya han regresado a la Casa de Dios, hermanos, cuñados y sobrinos.

No estuvieron ausentes en el recuerdo de Mons. Bastres la Familia Salesiana, la Inspectoría y toda la Congregación, a sus hermanos salesianos, especialmente sus formadores, directores y compañeros en las comunidades y “un gracias sincero, a tantos jóvenes y personas, que el Señor ha colocado en mi vida, a todos ellos que han sido el rostro concreto de Jesucristo: Gracias, mil Gracias!!!”

Por su parte, el P. Natale en su homilía realizó una mirada de estos 25 años y lo que de ellos ha aprendido: “Los primeros años de ordenación sacerdotal viví de entusiasmo, ahora vivo de la fe”: son palabras del Padre Hurtado. Este ha sido el camino que he recorrido. El Señor me ha probado para que el don que Él me hizo hace 25 años atrás pudiera dar frutos, pero no los frutos que yo pensaba, otros, totalmente diferentes. En las dificultades y tentaciones es cuando aprendí que es Dios quien actúa”.

Luego continuó: “En los acontecimientos difíciles y de prueba es donde he aprendido que es Dios quien actúa, más allá de nuestra lógica, siguiendo la lógica del ‘grano de mostaza’ (Mt. 13, 32) y de ‘la levadura’. El Señor nos enseña que no es con la fuerza ‘de los caballos y los ejércitos’, con grandes medios, como construiremos el Reino de Dios. En los tiempos en que vivimos – donde aparece que hasta la existencia de la Iglesia y de la Vida Consagrada está en juego – Dios nos enseña a vivir en la dependencia, aprendemos progresiva y duramente a renunciar al mito de la autosuficiencia espiritual y eclesiástica; una enseñanza saludable pero dura”.

El P. Inspector se refirió también a la fidelidad: “Celebrar estos 25 años es dar gracias por la fidelidad de Dios. En estos años, he visto algunos de mis compañeros que fueron llamados como yo, por el mismo Señor, abandonar las redes. Ha sido una de las pruebas y una de las preguntas recurrentes ‘¿Por qué yo, Señor’. Es el enigma de la infidelidad del discípulo. No cree quien quiere, sino aquel a quien se le ha dado la fe; la fe y la fidelidad son efectos de la gracia de Dios (Jn. 6,64-65)”.

Finalmente, y a modo de conclusión, el P. Natale reflexionó: “Este es el recorrido hecho en estos 25 años de ministerio sacerdotal. Cuando he confiado más en el Señor, cuando he ido donde él quiso llevarme, he encontrado la felicidad y la fidelidad. Cuando quise llevar adelante mis planes personales que consideraba santos y muy pastorales, me he encontrado lejos de él, de los jóvenes y de la felicidad”.

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