Llamada del Papa a la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ)

Al final de la Audiencia General del miércoles 4 de julio, el Papa invitó a los jóvenes a participar y a implicar a sus amigos en la Jornada Mundial de la Juventud que se celebrará en julio del 2008 en Sydney.

“Algunos de vosotros tienen amigos con pocos objetivos reales en su vida, y tal vez ocupados en una vana búsqueda de nuevas experiencias sin final. ¡Llevadles a la Jornada Mundial de la Juventud!”, exhortó el Pontífice.

“¡Meteos plenamente en la vida de vuestras parroquias y participad con entusiasmo en acontecimientos diocesanos! – ha dicho Benedicto XVI – De esta forma estaréis preparados espiritualmente para experimentar profundamente todo lo que creemos cuando nos reunamos en Sydney en el próximo mes de julio”.

La Jornada Mundial de la Juventud, ha resaltado el Papa, más que un acontecimiento es un período de profunda renovación espiritual. “Los jóvenes peregrinos están deseosos de rezar, de estar alimentados por la Palabra y por el Sacramento, para ser transformados por el Espíritu Santo, que ilumina el esplendor del alma humana y muestra el modo de ser expresión e instrumento del amor que emana de Cristo”.

“¡El mundo desea este amor de Cristo!. Vosotros estáis llamados por mucha gente a ser sus testigos”. “He notado, en efecto, que contra la oleada de secularismo, muchos jóvenes están descubriendo la búsqueda gratificante y auténtica de la belleza, de la bondad y de la verdad. A través de vuestro testimonio les ayudáis en su búsqueda del Espíritu de Dios”.

“¡Sed valientes en este testimonio! -ha concluido- . Luchad por defender la luz de Cristo, que da sentido a toda la vida, convirtiéndose en alegría y felicidad duraderas al alcance de todos”.

Hay más de 120.000 inscritos ya en la JMJ de Sydney que tendrá como tema: “Recibid la fuerza del Espíritu Santo que descenderá sobre vosotros y seréis mis testigos” (Atti 1,8). El día 1 de julio la Cruz y la Imagen de la Virgen María, símbolos de la JMJ, llegaron a Sydney desde donde comenzará su peregrinación por las diócesis australianas. Esperando a la Cruz y a la Imagen de la Virgen estaban el Primer Ministro John Howard, el Premier del Nueva Gales del Sur Morris Iemma y centenares de jóvenes, religiosos, religiosas y seglares.