Fundación Don Bosco camino al Bicentenario, sin niños en las calles

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Bajo los sones de los chinchineros y malabarismos de los payasos, la Fundación Don Bosco Vida Compartida, lanzó, la mañana del jueves 10 de mayo, su campaña “Al Bicentenario sin niños viviendo en las calles”. La idea es captar la mayor cantidad de socios posibles, para lograr el objetivo que es llegar al 2010, sin jóvenes y niños viviendo y deambulando en las calles.

Un gran y simple corazón rojo, que será el símbolo que identificará a la Fundación, llenaba todos los espacios del recinto donde se realizó el lanzamiento, el cual contó con la presencia de la Senadora de la República Soledad Alvear, del Presidente de la Fundación Monseñor Ricardo Ezzati, el Obispo de Arica Monseñor Héctor Vargas, el Provincial de la Congregación Salesiana P. Natale Vitali, del Vicepresidente de la Fundación P. Daniel Lescot y el Director Ejecutivo Antonio Ovando.

Además llegaron a apoyar esta importante iniciativa, la Secretaria Ejecutiva de CONACE, María Teresa Chadwick; el ex intendente de Santiago, Marcelo Trivelli; la Gobernadora de la provincia Cordillera, Marcela Labraña, miembros del Directorio de la Fundación, Salesianos, educadores y amigos de la obra.

La urgencia de una realidad

Antonio Ovando destacó en sus palabras iniciales, la urgencia que tiene este país, de socorrer a los más necesitados, aquellos favoritos de Don Bosco: Los jóvenes y niños en riesgo social. Ovando señaló: “La existencia de niñas, niños y jóvenes en la calle es sólo la manifestación de un país que se desmorona por la parte más frágil, es decir, es un fenómeno estructural y multicausal”. Luego, citando a Julio Cortázar en su célebre frase “No existen las casualidades, sino las causalidades”, señaló: “No es casual que se droguen, no es casual que duerman bajo los puentes, no es casual que hayan dejado o nunca hayan ido a la escuela. Ellos representan un “memorandum social” que nos recuerda en cada semáforo, en cada puente, nuestra fracaso como sociedad”.

Ovando también expresó su alegría porque “la Fundación Don Bosco está consolidada dentro de la Espiritualidad Salesiana, dentro de la Congregación, dentro de los colegios salesianos, eso quiere decir que los niños de la calle, señaló, tienen una tremendo soporte”.

El padre Inspector Natale Vitali, por su parte, hizo un llamado a trabajar como nación para sacar a estos niños y jóvenes de las calles: “consideramos urgente avanzar en una celebración nacional, que tenga entre sus objetivos no tener a sus hijos viviendo en condiciones precarias y expuestos al riesgo que significa vivir en las calles…son nuestros hijos los que deambulan por sus avenidas buscando comida, cariño y protección. Nuestra Patria debiera avanzar a hacerse cargo de estos niños y jóvenes que le piden que estén dentro de sus prioridades para seguir creciendo. Esta quiere ser la nueva epopeya de Chile, al Bicentenario sin niños y niñas viviendo en la calle y haciéndolo con el corazón abierto”.

La opinión de la Senadora Soledad Alvear sobre esta iniciativa, también fue muy positiva: “Estoy muy contenta de participar en este hermoso desafío que tiene que ver con poder generar un Chile distinto camino al Bicentenario, un Chile que se preocupe de lograr un mejor desarrollo, de buscar el crecimiento y sobre todo tener una vida más humana, un país más solidario con quienes más lo necesitan y que tal vez uno siente que lo está perdiendo, un corazón grande y abierto”.

El último en dirigirse a los presentes fue el Arzobispo de Concepción y Presidente de la Fundación Don Bosco, Monseñor Ricardo Ezzati. A minutos de tomar el avión que lo llevaría a Aparecida para participar en la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, el prelado señaló: “La Fundación Don Bosco quiere, con sus debilidades y sus limitaciones, colaborar para que realmente en Chile cada niño, cada niña, puedan sentir que al lado de cada uno de ellos hay un corazón abierto, un corazón dispuesto que les quiere abrir las puertas y que quiere dialogar con ellos, para que el proyecto de vida que el Señor ha sembrado en su corazón, se pueda desarrollar y que el corazón de cada uno de los adultos del país, pueda estar al lado de ellos para que ese ideal de vida sea una realidad”.